FERIA DE MARZO

Manzanares y Roca Rey, broche de oro en Olivenza

El alicantino, que pasea una oreja de cada toro, y el peruano que desoreja por partida doble a su primero, abren la puerta grande en la última de feria
Antonio Girol
domingo 05 de marzo de 2017

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE GLEZ. ARJONA

Fotos: GLEZ. ARJONA

Un año más Morante levantó tal expectación en Olivenza que algunos aficionados no la sintieron plenamente correspondida en el primero. De ahí que hubiese alguna voz discordante entre el silencio con el que se siguió la faena del sevillano. Una faena que no terminó de coger vuelo y en la que solo los detalles de algún muletazo suelto y sobre todo los remates tuvieron la categoría que se anhelaba. En descargo también hay decir que el de Victoriano no terminó de romper hacía adelante y punteaba las telas. Cuando todo parecía invitar a que Morante se iría inédito prendió la chispa del toreo al natural de Morante que en el tercio desgranó dos series de naturales que le reconciliaron con un público deseoso de cantar a lo grande aquello que les regalase el de La Puebla ante un toro chico con el que no terminó de estar del todo a gusto. Tuvo que usar el de estoque de cruceta para atronar a su antagonista.

EL VALOR DE ROCA REY Y LA EXPRESIÓN DE MANZANARES

El segundo era pronto al cite. Chocolate le puso los pechos del caballo que montaba e hizo sonar el estribo y el toro se arrancó desde los medios. La plaza prorrumpió en una tremenda ovación. Similar a con la que despidió al picador cuando se marchaba del ruedo. Siguió el embrujo en el tercio de banderillas teniendo que saludar Suso y Blázquez. Sin embargo la magia se rompió en el inicio de faena de Manzanares al dar un tirón excesivo que hizo que el astado perdiese el equilibro. Por más que luego el alicantino lo intentó ya la faena no alcanzó las cotas altas que se adivinaban tras los dos primeros tercios. Hubo momentos de mucho empaque pero junto con otros menos vistosos que hicieron que el conjunto no fuese macizo. Fue premiado con una oreja. Sin emoción es imposible llegar al público por más que se componga la figura o se acompañe las embestidas con la cintura. Así ocurrió en el quinto, un toro soso y sin transmisión, que pasaba por allí cuando Manzanares le ofrecía su muleta pero sin llegar a transmitir a los tendidos más allá de la belleza en la expresión. Mató de estocada recibiendo. Lo curioso es que los mismos que siguieron la faena como se sigue una función de ópera luego unos agitaron sus pañuelos y otros, los que no lo habían traído, silbaron para que le diesen una oreja que el palco concedió.

En los medios, como un junco, recetó Roca Rey un par de pases de celeste imperio ligados con otro par de cambios por detrás de contener el aliento. Para continuar toreando al natural dando el pecho y ofreciendo siempre la muleta por la bamba ligando los pases. El peruano tragó quina en un parón sin inmutarse. Al igual que en las benadinas tan ajustadas que asustaron al miedo. Mató tirándose de verdad. Dos orejas. Crudo se quedó el sexto, que derribó al caballo que montaba Molina. Aun así le costó al toro de Victoriano del Río desplazarse obligando a Roca Rey a tener que tocarlo mucho para que pasase hasta que terminó por claudicar. En ese momento el peruano se metió entre los pitones demostrando un valor a prueba de infarto. Se le fue la espada abajo porque tuvo que hacerlo todo él ya que el toro no le ayudó nada. Fue ovacionado.

Olivenza (Badajoz). Domingo, 5 de marzo de 2017. Toros de Victoriano del Río, desiguales de presentación y juego. Morante de la Puebla, división de opiniones y ovación con saludos; José María Manzanares, oreja y oreja; Roca Rey, dos orejas y silencio. Entrada: Lleno. Saludaron en el segundo Suso y Luis Blázquez.

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