La Pincelada

Juli-Sevilla: se colma el vaso

José Luis Benlloch
jueves 23 de febrero de 2012

Hay que volver al punto cero. Se están perdiendo valores fundamentales en la Fiesta. No es la primera vez que toreros triunfadores se han quedado fuera y toreros no triunfadores -alguno hay en el G 10- se han colado por la misma gatera, pero lo que está sucediendo ahora sobrepasa los límites. Lo mismo ocurre en la otra acera, donde hay empresarios que siempre ganan y los hay a los que les hinchan el ego y le parten la cartera.

La guerra, llámenle como quieran, el contencioso entre las empresas -algunas- y el G10 está yendo demasiado lejos. Al margen de quien comenzase las hostilidades, de la mayor o menor oportunidad del momento elegido, por encima de la sapiencia de los nuevos negociadores, más allá de nombres y liderazgos, sin tener en cuenta los precedentes, la naturaleza de los personajes que seguro que no son muy diferentes de los de siempre, olvidando los feos y desconsideraciones informativas que unos y otros han mantenido con los medios, al menos con los independientes y este lo es, en Aplausos consideramos que hay que parar este desgobierno en el que se ha instalado el toreo. Que cada cual se meta el orgullo en… en donde mejor considere pero hay que frenar ese deterioro galopante en el que se han montado. Con la inercia actual ese conflicto solo conduce al abismo, de tal manera que los daños directos y los colaterales se antojan excesivos y seguramente de difícil marcha atrás. Así que se aconseja, es mi parecer, volver al punto cero, sentarse, negociar, limar asperezas, abrir un hospital de campaña, recuperar caídos y empezar de nuevo.

Valores tan sagrados como la consideración a los triunfadores no se pueden perder. Si El Juli abre la Puerta del Príncipe de Sevilla, a Juli, por citar un caso concreto, le tienen que ofrecer la vuelta a Sevilla, naturalmente con las condiciones acordes a su categoría. Cosa distinta es que una vez sentados y expuestas las condiciones de una y otra parte lleguen o no lleguen a un acuerdo. Eso ya formaría parte del juego de un negocio privado. Todos sabemos que de siempre empresarios y toreros han hablado y han llegado o no han llegado a un acuerdo, que toreros triunfadores en ocasiones han quedado fuera y toreros no triunfadores -alguno hay en el G 10- se han colado por la misma gatera que en ocasiones, en esta por ejemplo, tanto han criticado. Se sabe igualmente que no siempre la culpa ha sido del mismo bando. Lo mismo pasa en la otra acera, donde hay empresarios que siempre ganan y los hay a los que les hinchan el ego y les parten la cartera.

Lo que está pasando en Sevilla comienza a desbordarlo todo, atufa a presión colectiva, me dirán que la misma que han utilizado los toreros y seguramente sea cierto pero también eso se afeó y se afea y es reprobable, pero no quita para que ese ninguneo empresarial que están practicando sea tan injusto como irreverente con un triunfador, con la categoría de la plaza, con el precio de los abonos y consecuentemente con los aficionados en general. Dicho lo dicho ni la feria de Sevilla merece no ver a Juli, sigo con el ejemplo, ni El Juli se puede autoinmolar -cortar la temporada- como dicen que piensa hacer por muy en su derecho que esté. Eso de dar un paso atrás o al lado no va -o no iba- con su personalidad ni casa con el empeño que puso en los inicios de la dichosa movida. En este punto hay que exigir serenidad y buscar un punto cero. Comiencen de nuevo.

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