El cuarto tercio
Por Nacho LloretPor Nacho Lloret

Lecciones de juventud

Nacho Lloret
lunes 09 de abril de 2012

Está uno cansado y aburrido de escuchar que la juventud da la espalda al toreo. Este tipo de afirmaciones se suelen hacer en actos y artículos aburridísimos que de verlos o leerlos un joven huye para no volver de todo lo que huela a cuerno…

Está uno cansado y aburrido de escuchar que la juventud da la espalda al toreo. Este tipo de afirmaciones se suelen hacer en actos y artículos aburridísimos que de verlos o leerlos un joven huye para no volver de todo lo que huela a cuerno.

Gracias a Dios, la juventud va a la suya y no hace caso de estas cosas. Un joven es de por sí rebelde y desobediente y basta que un viejo le diga que no hace algo para que lo haga y le dé una colleja a quien quiso aleccionarle.

Ese divorcio generacional existió siempre en todos los ámbitos de la vida y, por suerte, está pasando también en el toreo. Mientras los mayores andan a la gresca y ponen excusas para todo los jóvenes se lo curran y dan lecciones de cómo se hacen las cosas.

La última lección y, seguramente, una de las más reveladoras de la historia del toreo, no exagero, la dio el Foro de la Juventud Taurina en la entrega de premios que organizó en Madrid el pasado lunes. Allí, con una capacidad de convocatoria pocas veces vista en materia taurina, se despacharon con una gala extraordinaria que dejó boquiabiertos a toreros, ganaderos, periodistas, empresarios y afición.

Nunca los mayores, tan defensores de la Fiesta ellos, hicieron algo semejante porque se suelen perder en presupuestos, planes de negocio o intereses varios. Sin embargo, los jóvenes, esos que no quieren saber nada de toros, recurrieron a la ilusión, a la verdad, al esfuerzo, a la pasión y al talento. Valores todos que no cuestan dinero pero que no tienen precio y que además son la esencia del arte del torear.

Manzanares dijo al recoger su premio que era el mejor acto taurino al que había asistido jamás. No le faltaba razón. Poco antes se había emocionado junto con el resto de asistentes en el homenaje que la juventud le hizo a Juan José Padilla. El abarrotado auditorio puesto en pie le dedicó una ovación de las que pone la piel de gallina. Seguramente será este uno de los reconocimientos más legítimos que vivirá el jerezano ya que se lo brindó la juventud que colapsó las redes sociales convirtiendo en héroe al torero y elevando a la Tauromaquia a acontecimiento mundial. Así, tan rápido, tan fácil y tan desinteresadamente.

La juventud salió el lunes definitivamente del armario del toreo y dio una lección. Demostró que a los jóvenes no se les seduce solamente vendiéndole entradas baratas como dicen los mayores sino que ellos solitos saben conectar el toreo con la sociedad actual. Esa es una de las claves para el futuro. Gracias y enhorabuena al Foro de la Juventud Taurina por ponerlo tan rematadamente bien en escena.

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