Ángel y Rafael Peralta Pineda pasarán a la historia de la Tauromaquia como grandes toreros a caballo, como importantes criadores de toros bravos. Y, también, afortunadamente, como magníficos productores de caballos.
Caballos de razas y características distintas, pero que por su nobleza y calidad están consiguiendo grandes triunfos tanto en competiciones deportivas como jugándose la vida en el ruedo, delante de la cara de los toros.
Además del toro y el toreo a caballo, otra de las pasiones de los hermanos Peralta es la cría de caballos. Por lo tanto, sin prisa, con rigor, sabiendo lo que se quiere conseguir, y con mucho esfuerzo y trabajo, han conseguido crear una yeguada de carácter propio y marcada personalidad.