(Foto: Arjona)
Tras cortarle la oreja al primero de su lote, Iván Fandiño aseguraba a los micrófonos de nuestros compañeros de Canal Plus Toros: “Así se matan los toros, ese es el Fandiño de siempre. Hablaba con el apoderado que aguantándolo y rompiéndolo hacia adelante podría servir y así ha sido. Me he sentido muy torero y muy a gusto con el toro”. El torero vasco lanzó un grito de libertad en el brindis al lehendakari. Al respecto aseguraba: “Hace falta no dormirnos como pasó con Cataluña y ojalá todos podamos darle la vuelta a la tortilla”. Con respecto a la prohibición de las corridas de toros que pretende el alcalde de San Sebastián en esta ciudad, el torero admitía: “En mi ciudad natal gobierna Bildu y este año ha hecho todo lo posible para que haya toros en Orduña. Creo que lo de la prohibición en Illumbe es algo más personal que político”. El torero concluía diciendo: “Hoy he visto a la gente conmigo como nunca, Bilbao ha aceptado a Fandiño como propio”. Luego, tras lidiar al quinto, expresaba: “Ha sido muy dificultoso porque tenía poca fuerza y se iba al suelo aunque dos o tres muletazos a mitad de las tandas han sido rotundos. El final ha sido muy explosivo y ahora ya puedo decir que he entrado en Bilbao, ya es definitivo”.
David Mora, tras cortar una oreja al tercero de la tarde, declaraba: “Qué bonito que la afición vea la decisión que mostramos en la plaza para mantenernos en las ferias. Ha habido muletazos buenos. Le ha faltado estructura a la faena porque al toro había que darle tiempo. Ha sido agradecido el toro”. Luego, antes de abandonar el coso, admitía: “Estoy muy contento con mi actuación, que ha sido seria, muy para aficionados y así lo ha reconocido parte del público. Estoy muy contento porque esta es una plaza que nos marca mucho y queremos seguir viniendo muchos años”. El Cid, por su parte, afirmaba tras lidiar al que abrió plaza: “El toro no ha sido ni bueno ni malo ni todo lo contrario. Cuando lo obligaba por el izquierdo se desentendía. Si se hubiese quedado por el pitón izquierdo, hubiese sido de lío gordo. Por el derecho se venía al cuerpo y en la muleta lo ha acentuado mucho más”. Después de perder la oreja del cuarto, se sinceraba: “Creo que he estado para que me la dieran, he hecho un esfuerzo y todo lo posible para ello porque el animal a veces venía andando y le costaba trabajo tirar para adelante. Me ha puesto a veces los pitones en las espinillas y por el izquierdo sabía que iba a embestir poco porque desde el capote cruzaba la vista. Me hacía mucha falta cortar esta oreja en Bilbao. La ovación tan sentida reconforta”.
