(Foto: Moratalla Barba)Hermoso de Mendoza malogró con el rejón de muerte dos buenas faenas en una tarde en la que Castella pasó de puntillas.
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LA OPINIÓN DE PACO MORA: Manzanares ciñe la corona del toreo
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Pablo Hermoso de Mendoza sorteó primero un toro bueno de Fermín Bohórquez, del que perdió premio por la defectuosa colocación del rejón de muerte. El navarro puso por momentos patas arriba el coso manchego con una lidia en la que se le vio disfrutar mucho en todo momento. Un quiebro por los adentros fue extraordinario. Pudo dar la vuelta al ruedo, pero optó por limitarse a saludar la fortísima ovación del público desde el tercio. Volvió a rayar a gran altura con el cuarto, pero, una vez más, el rejón de muerte no cayó en buen sitio y perdió el premio merecido. Estuvo soberbio, especialmente, con “Manolete” en banderillas, poniendo a la gente en pie.
Sebastián Castella lidió por delante un toro de Victoriano del Río violento, tardón, que se acabó enseguida y mientras duró no dejó de calamochear en su embestida. Ante semejante material, el toreo lucido no fue posible y optó por la vía del arrimón. Mató al burel de cuatro pinchazos y estocada defectuosa, dividiéndose las opiniones al término de su labor. Cumplió ante el quinto, un toro que no dio facilidades frente al que estuvo sosón y sin transmitir al público. Tampoco manejó con pericia la espada.
El tercero embistió tirando hachazos con gran violencia pero el torero, José María Manzanares, aguantó con tremendo valor la dura condición del toro para, a base de técnica y gran seguridad, desengañar al animal hasta hacerle romper y embestir por abajo. Nadie daba un duro al comienzo de la lidia por el toro ni por la faena, pero el alicantino terminó dibujando dos series con la izquierda cumbres. Mató recibiendo con su habitual contundencia y cortó una oreja de ley, pidiéndose con mucha fuerza la segunda. La faena realizada al sexto pasará a los anales de la historia de esta plaza, que parecía un manicomio viendo torear al alicantino. Las dos orejas que cortó fueron de una fuerza tremenda, misma que tuvo una faena repleta de torería, mando y arte. Cumbre la labor de Josemari, que lo bordó de nuevo por los dos pitones ante un victoriano que embistió enrabietado y tuvo sus teclas que tocar. Pero las tocó, y de qué manera, el de Alicante, que antes dejó un gran quite a la verónica y después volvió a matar por arriba en la suerte de recibir.
Albacete, 11 de septiembre de 2012. Toros de Fermín Bohórquez, para rejones, y Victoriano del Río. HERMOSO DE MENDOZA: Saludos en ambos; SEBASTIÁN CASTELLA: División de opiniones y leves pitos; y MANZANARES: Oreja con fuerte petición de la segunda y dos orejas. Entrada: Lleno. Se desmonteraron en el sexto Curro Javier y Luis Blázquez.
