El Pilar, otro año más en la cima de la bravura

Moisé Fraile: "Lidiar y triunfar de la forma que lo hemos hecho en las plazas de primera es para estar doblemente contento”
Íñigo Crespo
viernes 26 de octubre de 2012

Los resultados de El Pilar ava­lan a Moisés Fraile como lo que es: un gran ganadero, un conocedor excepcional de las claves del toro bravo. Una temporada para enmarcar, donde ha marcado diferencias en plazas como Pam­plona, Bilbao, Sala­man­­ca o Logro­ño, sin olvidar la cla­­se de la corrida de Cór­­do­ba o el extra­ordinario ejem­plar lidiado en San Se­bas­tián. Un año más, El Pilar en todo lo alto como sinónimo de garantía, clase y bravura.

Dentro de un gran año, las corridas de Pamplona y Bilbao han marcado la diferencia. “Lidiar en plazas de primera es un privilegio y si encima logras triunfar con la fuerza que lo hemos hecho nosotros este año en Sevilla, Pamplona o Bilbao, es ya un lujo. Los resultados son aún más positivos si tenemos en cuenta que el año ha sido muy duro para todos los ganaderos, por la situación general del país y del mercado. Por ese motivo el haber lidiado y haber triunfado de la forma que lo hemos hecho es para estar doblemente contento”, subraya Moisés Fraile hijo.

No se trata ya de los triunfos sino de la entidad de los mismos. El Pilar ha logrado criar con los años un toro prototipo de plaza de primera, pero manteniendo sus señas de identidad y su sello de toro reunido. “Lidiar en plazas de primera no es sencillo. Primero porque tienes que tener un toro para esos escenarios y segundo porque tienes que sacar nota para poder repetir. En nuestro caso hay que tener en cuenta que al contrario de lo que se pueda creer no tenemos un toro de gran trapío. A lo mejor de cuerpo o de volumen más, pero de cara nuestro toro no es nada exagerado ni tiene gran envergadura. Las caras de nuestra ganadería, siendo animales serios, tienen muy buenas expresiones y son muy toreras”, expone Moisés.

La campaña ha sido brillante, otro año más en la cima de la cabaña brava. Corridas como Sevilla, Pamplona o Bilbao, han puesto la guinda al curso. “En la de Sevilla a pe­sar de lo mucho que nos cantaron la corrida, a mí me gustaron tres toros. La de Pamplona fue una corrida buena y sobre todo muy completa. De esa tarde valoro el conjunto, el comportamiento uniforme y general de una corrida que sacó temperamento, ritmo y fondo. No hubo un toro extraordinario pero sí seis muy buenos que es lo realmente importante”, recuerda Moisés Fraile.

BILBAO, LO MEJOR DEL AÑO
“La corrida más brava y más redonda del año fue la de Bilbao”, sentencia el ganadero. “Es una plaza que se nos está dando muy bien. Llevamos la corrida que quisimos porque el toro de Bilbao es un animal muy definido. Se trata de un toro hondo pero con personalidad, serio de hechuras, trapío y bien hecho. No es un animal basado ni en cuernos ni en los kilos, es la armonía de ambas cosas”.

Sobre el resto de la temporada, Moisés Fraile resalta las virtudes de otras corridas como la de Córdoba, Logroño o Salamanca. “La de Córdoba tuvo mucha clase aunque le faltó fuerza y eso siempre es culpa del ganadero. En Salamanca Morante cuajó un faenón, Manzanares toreó a gusto, con mucha profundidad y Jiménez Fortes apuntaló su temporada con un triunfo de peso. De Logroño me gustó la manera que tuvieron los toros de venirse arriba en el último tercio y de romper hacia adelante. En San Sebastián hubo un gran toro que le correspondió a Antonio Barrera y en Valladolid, otro toro nuestro que le correspondió a Manzanares se ha llevado todos los premios y en la encerrona de José Tomás de Nimes lidiamos otro toro bueno”.

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