(Foto: Tadeo Alcina)Fermín Rivera pasea una oreja del sobrero de regalo.
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Preciosa estampa lució el cárdeno bragado lucero que abrió plaza en la México. Serio y cuajado el de San José, humilló de salida y Padilla lo bregó con acierto. Banderilleó con solvencia. El jerezano logró los momentos de mayor brillantez en la corta distancia ante un toro que mantuvo el interés y que si bien embistió con la cara abajo le faltó mayor recorrido. Padilla se mostró valiente en un conjunto entregado y de buena disposición. Mató de una estocada tendida. Con un par de largas cambiadas y verónicas a pies juntos que remató en la misma boca de riego recibió al cuarto. Volvió a mostrar su facilidad con los rehiletes el jerezano que echó de nuevo rodillas a tierra para iniciar una faena ligada e intensa. Anduvo templado ante otro toro con calidad y ritmo. Al natural toreó a gusto Padilla, que resultó volteado tras sufrir un seco derrote del toro, que finalmente no le hirió. Arrebatado, volvió a la cara del astado, cerrando con manoletinas y un desplante muy jaleado por el respetable. La estocada trasera pero efectiva le valieron las dos orejas.
El que hizo segundo, bien presentado, fue más descarado de pitones. Protagonizó Macías un quite de riesgo por saltilleras, cambiando el viaje del toro. Brindó la faena a Juan José Padilla. Encastado, pronto, alegre, fijo, embistió humillado el toro y Macías intercaló momentos templados con otros más embarullados. No se entendió el torero mexicano, que anduvo esforzado y tesonero, con el bravo ejemplar de San José. Codicioso y repetidor su segundo, Macías hizo un esfuerzo con un toro exigente que le llegó a voltear, afortunadamente sin consecuencias. Labor de más voluntad que lucimiento.
Fermín Rivera hizo gala de un concepto clásico del toreo. Labor paciente, de muletazos limpios y de buen trazo en un trasteo presidido por la pulcritud ante un toro con calidad pero de escaso fuelle. Con el sexto poco pudo hacer, un animal descastado, resservón y muy agarrado al piso. Antes de empuñar la espada pidió el sobrero de regalo, al que le arrancó una oreja tras una faena llena de valor y exposición frente a un ejemplar que nunca humilló.
México D.F. (México), domingo 3 de febrero de 2013. Toros de San José, muy bien presentados y de buen juego en general. Destacó el segundo, bravo y encastado. JUAN JOSÉ PADILLA: Ovación con saludos y dos orejas; ARTURO MACÍAS: Silencio tras aviso y silencio. FERMÍN RIVERA: Silencio, silencio y oreja con el sobrero de regalo. Entrada: Un tercio.
