DESCUBRE VALENCIA

Un paseo por la ciudad con Ángel de la Rosa

Juan Cristóbal García
martes 27 de julio de 2010

Pongan en la maleta ropa fresca, de colores claros y tejidos vaporosos, no olviden el bañador y la cámara de fotos, nos vamos a la costa. El destino es Valencia, su Feria de Julio, allí nos espera un torero de la tierra que formará parte del serial, Ángel de la Rosa, para mostrarnos los encantos de su ciudad.

 

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El verano es tiempo de dejar de lado la rutina, el móvil y el reloj, y que sea el sol el que nos guíe y mucho más en Valencia, una ciudad que en julio se viste de luz, y en la que el sol se convierte en el verdadero protagonista. Él marcará cada una de las estaciones de nuestro recorrido junto a los dos toreros valencianos.

 

 

 

Los primeros rayos del alba asoman por el mediterráneo. No hay un momento que perder, “en Valencia hay muchas cosas que ver, en un día es imposible, así que hay que aprovecharlo al máximo”, apunta Ángel.

 

 

 

Desayunamos y acudimos a nuestra cita con los dos diestros. Hemos quedado en uno de los lugares más significativos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias. “Aquí te puedes pasar el día entero”, señala. No en vano, esta Ciudad la componen el Palau de les Arts Reina Sofía, el Museu Príncep Felip, l’Hemisféric, l‘Oceanogràfic y l’Umbracle, cada uno con muchas cosas que descubrir, con exposiciones, proyecciones, actividades… Aunque no haya tiempo para verlo del todo, no se puede pasar por Valencia sin contemplar esta gran obra arquitectónica.

 

 

 

 

 

 

El sol sube y junto a él la temperatura, es el momento de buscar la brisa marina. Vamos al puerto. “Cuando aprieta el calor apetece acudir a la playa y ver el puerto, sobre todo después de las obras de remodelación con motivo de la Copa América”, asegura. “Además, la parte marítima ha sido cuna de grandes toreros”, puntualiza Ángel. Es el caso de Francisco Tamarit “Chaves” o Paco Honrubia. Es buen momento para hacerse un aperitivo viendo los barcos que llegan al puerto, oyendo el rumor del mar.

 

 

 

El sol está arriba y el termómetro al rojo vivo. “Lo mejor es comer a la vera de la playa, aquí hay un gran número de restaurantes buenísimos”, advierte Ángel. Entramos en uno de ellos, La Pepica. Lugar donde iba a comer Ernest Hemingway cuando visitaba Valencia para ir a ver los toros, y que incluso llegó a citar en sus obras. En el mismo restaurante aún podemos ver fotografías del escritor junto a Ordóñez y Domingo Dominguín. “Pasar por Valencia y no probar los arroces no tiene perdón”, afirma De la Rosa. No se diga más, de comer: arroz. “Yo creo que en esta época del año y al lado del mar, lo mejor es pedirse un arrós a banda –un arroz típico de pescadores, cocinado con caldo de pescado y acompañado de allioli preferiblemente casero-, que es lo que procede”, aconseja De la Rosa. Todo un acierto. El arroz, la conversación en buena compañía y la playa al fondo… se me antoja difícil de mejorar.

 

 

 

 

 

 

Cumplida la sobremesa, es momento de ir buscando el centro de la ciudad. “Hasta ahora hemos visto la parte más renovada de Valencia, la que más cambios ha sufrido estos últimos años. Ahora podríamos ir al casco antiguo, a la Valencia histórica”, señala Ángel y así lo hacemos. Nos adentramos en el centro de Valencia para visitar la plaza de la Virgen, donde encontramos la Catedral y la Basílica de la Virgen de los Desamparados, y a pocos metros, las Cortes Valencianas y el Palau de la Generalitat. Siguiendo por la Catedral llegamos a la plaza de la Reina, donde se sitúa el campanario de la Catedral, conocido como el Miguelete. Si alguien se anima puede subir sus 207 escalones. Después del esfuerzo apetece refrescarse, lo mejor es tomar algo en los múltiples locales de la plaza de la Reina. “Estando en Valencia, el mejor refresco es la horchata y, para acompañar, fartons”, apunta Ángel.

 

 

 

El sol empieza a descender y el termómetro se hace más benévolo. Se acerca la hora de los toros y es el momento de acudir a la plaza, que está en pleno centro de la ciudad. Para llegar podemos ir por la zona más comercial -la calle Colón- pero si seguimos la ruta más cultural deberíamos pasar por la calle de la Paz, el palacio del Marqués de Dos Aguas, la plaza del Ayuntamiento, si tenemos tiempo nos podemos desviar al Mercado Central y la Lonja, si no, vamos directamente a la plaza desde el Ayuntamiento, pudiendo visitar la Estación del Norte, situada justo al lado del coso.

 

 

 

“Es el momento más importante para nosotros, el de la corrida de toros”, afirma Ángel. En el coso de la calle Xàtiva la gente ocupa sus localidades y los toreros aguardan en el patio de cuadrillas para hacer el paseíllo. Empieza el espectáculo.

 

 

 

 

 

 

Con el final de la corrida se apuran los últimos rayos de sol. Abandonamos la plaza de toros, aún comentando lo acontecido en el ruedo, pero buscando un lugar donde cenar. “Lo más conveniente es no alejarnos mucho del centro, por aquí hay muchos locales donde poder cenar y después hay varios sitios donde poder disfrutar por la noche con los amigos”, confiesa Ángel. Así lo hacemos.

 

 

 

Al principio del recorrido, nos pusimos como guía al sol, ahora que cae la noche, cuando el astro rey se ha ocultado, cada cual marca su ritmo… aunque buscamos una última recomendación… “Por la noche hay muchas ofertas de ocio, hay varias zonas donde divertirse, el Barrio del Carmen, Juan Llorens, Cánovas, la zona del puerto… aunque si lo que buscamos es una ambientación más taurina y flamenca, podemos ir a otro tipo de locales como El toro y la luna, por ejemplo. Además, en estas fiestas se programan conciertos todos los días y hay gran número de actividades por toda la ciudad”, advierte Ángel. Cada cual diseña su ruta. Cualquiera de ellas será acertada.

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