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LA OPINIÓN DE PACO MORA: Una corrida de toros
Alberto Aguilar ha protagonizado los pasajes más destacados del cuarto festejo de San Isidro. El madrileño fue ovacionado tras firmar una sólida actuación ante una variada corrida de José Escolar. Ante ella, sus compañeros Rafaelillo y Fernando Robleño no lograron el triunfo esperado.
Así hemos vivido la narración, toro a toro, del espectáculo:
Ni un pase tuvo el toro de José Escolar que abrió plaza, al que recibió Rafaelillo con dos largas cambiadas. Se le hicieron bien las cosas en los dos primeros tercios, pero el animal derrotó continuamente frenándose en cada embestida. No pudo hacer faena lucida el murciano, que marró en la estocada y fue silenciado.
Lidió bien en el primer tercio Fernando Robleño al cárdeno segundo. Luego, con la muleta, protagonizó un emocionante arranque por doblones seguido de una faena con altibajos, en la que hubo alguna serie estimable de derechazos. El toro fue a menos y terminó soseando en la salida de los muletazos. Se volcó el madrileño en la estocada, siendo perseguido con saña por el toro en su último aliento. Por suerte, no llegó a derribar al torero, que vio los pitones del de Escolar muy cerca de su pecho y su cuello en unos segundos angustiosos.
Bien estuvo Alberto Aguilar con el tercero, centrado, valiente y muy decidido. El de Escolar no fue fácil y le faltó humillar en los finales de los muletazos, pero sirvió para que el madrileño dejara sus cartas sobre la mesa. Expuso el madrileño, muy templado y por encima de la condición del animal, al que despenó de una buena estocada.
Encastado y temperamental, indómito incluso en ocasiones, fue el cuarto, que peleó con bravura en varas en tres encuentros con el caballo. Rafaelillo brindó al público una faena en la que enseñó las virtudes del toro en la primera serie, que tuvo emoción y ligazón. Luego, el torero anduvo con disposición y oficio, pero el público terminó decantándose por el toro. Fue ovacionado el animal en el arrastre y pitado el torero.
Pocas opciones tuvo Fernando Robleño con el complicado quinto, que se metía por dentro, no humillaba, escarbaba y aparentaba tener menos peligro y complicaciones de las que realmente tenía. Lo mató con profesionalidad el de San Fernando de Henares, que fue silenciado.
Hondo, de mucha envergadura y muy serio fue el sexto, que tomó una primera vara cumpliendo aunque con la cara alta y una segunda al relance. Marcó mucho las querencias a tablas el animal, que tuvo embestidas inciertas y descompuestas y terminó rajado en tablas. Aguilar, que brindó al público, se mostró de nuevo sólido y firme, dando la cara con mucho sitio. Faena de buena actitud del madrileño, que mató de pinchazo y estocada. Madrid, 12 de mayo de 2013. Toros de José Escolar, bien presentados y de variado juego. Destacó, por bravo y encastado, el cuarto; se prestaron aunque exigieron segundo y tercero. Más deslucidos y complicados los otros tres. Rafaelillo, silencio y pitos; Fernando Robleño: Ovación tras aviso y silencio; y Alberto Aguilar: Ovación tras aviso y palmas de despedida. Entrada: Casi lleno. Se desmonteró tras parear al cuarto José Mora. Destacó picando Juan José Esquivel.