La Revolera

La internacionalidad de la Fiesta

Paco Mora
lunes 27 de mayo de 2013

Donde menos se espera salta la liebre. Lo que se preveía como una corrida de trámite se ha convertido en un magnífico espectáculo. Tres toros de Bohórquez posibles y uno de triunfo, sumados al bravo y noble de Carmen Segovia…

Esta tarde ha quedado constatado en Las Ventas la internacionalidad de la fiesta de los toros. Un torero mexicano, otro francés y un tercero español han dado la mejor tarde de toros de lo que llevamos del serial. Cinco toros de Bohórquez y uno de Carmen Segovia han sido el cañamazo sobre el que han tejido Bautista, Del Álamo y Silveti su paso por San Isidro, con el resultado de una oreja para cada uno.

La faena de Diego Silveti al tercero de la tarde, en medio de una tormenta wagneriana con gran aparato eléctrico, truenos y una torrencial lluvia de granizo que no dejó de caer durante toda la lidia, tuvo carácter heroico. Con el ruedo inundado y la muleta embarrada hasta el extremo de que apenas se le podía adivinar el color, el bisnieto del Tigre de Guanajuato se la jugó sin trampa ni cartón frente al de Bohórquez. La gente se refugió como pudo de la inclemencia del tiempo para no perderse el acontecimiento. Acertó con un espadazo al segundo intento y la plaza fue un clamor tal, pidiendo trofeos para el manito, que la presidencia no tuvo más remedio que ceder a la exigencia del público. Antes, con el capote, el joven Silveti ya rayó a una altura muy estimable. Hacía trece años que un torero mexicano no había cortado una oreja en Madrid por San Isidro.

Frente al cuarto, un buen toro de Carmen Segovia, el francés Juan Bautista exhibió su mejor toreo. Sobre todo con la izquierda bordó el natural en varias series de gran calidad, que levantaron un clamor en la desapacible atardecida. Como la espada viajó con eficacia, Bautista se llevó también una oreja en el esportón de regreso a su Arles natal. Y las ovaciones del público madrileño, que debieron saberle a gloria. Juan del Álamo, ¡qué injustica que este torero toree tan poco!, ha estado en sus dos murubes muy bien con el capote y aunque en su primero la espada y cierta frialdad del público le negaron la oreja, la entrega y el empeño que puso en su segundo, en una faena de muleta rotunda y de torero cuajado y con futuro, le pusieron el trofeo del triunfo en la mano.

Donde menos se espera salta la liebre. Lo que se preveía como una corrida de trámite se ha convertido en un magnífico espectáculo. Tres toros de Bohórquez posibles y uno de triunfo, sumados al bravo y noble de Carmen Segovia, han sido el material adecuado para que tres buenos toreros se reivindiquen en Madrid.

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