La Revolera

Para el nazismo, ni agua

Paco Mora
martes 03 de agosto de 2010

El 28 de julio de 2010 pasara a la historia como un día negro para la libertad de los españoles. El Parlamento de Cataluña, constituido en campo de exterminio…

El 28 de julio de 2010 pasara a la historia como un día negro para la libertad de los españoles. El Parlamento de Cataluña, constituido en campo de exterminio, le ha dado la puntilla a una de las expresiones culturales más genuinas del país. Ha sido un acto del más puro nazismo con careta democrática. Una votación amañada ha prohibido las corridas de toros en territorio catalán. Una exigua minoría decidió en contra de la libertad de una inmensa mayoría. Todo estaba tramado de antemano. De nada le valdrá a Montilla haber oficiado  de Pilatos. Su voto personal en contra de la prohibición de las corridas de toros, después de pastelear el resultado con las demás fuerza políticas, es un sarcasmo. Montilla ha jugado como siempre con dos barajas. Hace tiempo que traicionó al internacionalismo del Partido Socialista en el que milita, para convertirse en el más furibundo nacional-socialista catalán. Antes ya había renegado de su idioma y de sus orígenes culturales y territoriales. Ahora, el Cordobés de Iznajar ha jugado a “la puta y la Ramoneta” poniéndole una vela a Dios y otra al Diablo. José Montilla será ya para siempre el Torquemada de la Fiesta de los Toros.

Diga lo que diga Montilla, el Parlamento de Cataluña ha votado contra España. Como el Ayuntamiento socialista de Barcelona multa a los taxistas que exhiben en sus vehículos la bandera española, por odio a España. Como se sanciona a quienes rotulan sus establecimientos en castellano, para borrar todo lo español de la faz de Cataluña. Porque nadie ha pensado en prohibir el “bou al carrer”, fiesta peligrosa donde las haya, que se celebra en los pueblos catalanes del Delta del Ebre. Somos más y tenemos razón. Ni un sorbo de cava catalán, ni una butifarra de Vic en una mesa española. Ningún producto fabricado en Cataluña debe pasar el Ebro. Que ellos se lo guisen y ellos se lo coman. Para el nazismo, ni agua…

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando