La primera convocatoria para el arrendamiento de la plaza de Acho por el periodo 2014-2019 ha quedado virtualmente desierta, debido a que ninguna empresa se adhirió a las bases dentro del plazo planteado. El resultado era previsible por las elevadas aspiraciones del pliego elaborado por la Sociedad de Beneficencia de Lima, propietaria de la plaza de Acho.
A pesar de los altos ingresos y ganancias que ofrece esta plaza -recordemos que es la más cara del mundo con entradas que triplican o cuadriplican en precio a las de Madrid o Bilbao- la Beneficencia no ha sido capaz de articular un modelo de licitación orientado a la calidad del espectáculo, que permita mayor asistencia y, por ende, sostenibilidad a sus ingresos futuros.