A medida que pasan los días toma más fuerza el éxito cosechado por la familia Lozano junto con Manuel Amador y Manuel Caballero en Toledo, una plaza que durante los últimos años estaba en una situación muy crítica y que durante este ejercicio apunto estuvo de colgar el ‘No hay billetes’. “El resultado fue un reflejo de una manera de trabajar basada en la inversión, en el trabajo y por delante de todo, de afición. Sin tener la pasión que tenemos por la Fiesta no nos hubiésemos embarcado en esta aventura”, explica Luis Manuel Lozano, quien subraya: “Nos sorprendió la buena entrada que hubo pero también confiaba en que Toledo iba a responder. Tenía en mi mente muchos recuerdos de tiempos en los que la plaza se llenaba y por lo tanto existía esa esperanza. Por fortuna las cosas salieron muy bien”.
Entre las claves del éxito, Luis Manuel Lozano apunta a la responsabilidad: “Desde el primer instante nos encontramos con una propiedad que sabía la situación de la plaza. Nos reunimos con el Ayuntamiento, con la Diputación y con el comercio de la ciudad y cada uno en la medida de sus posibilidades colaboró y por último todos los componentes del cartel se involucraron y tuvieron la apertura de miras para saber que las exigencias no pueden ser las mismas en una plaza que en otra porque la situación de las plazas son distintas”.
La publicidad, unos precios atractivos y una desbordante ilusión, fueron otras piezas importantes para que Toledo viviera una jornada que ya ha marcado un antes y un después para la historia taurina de la ciudad. “Hicimos una publicidad muy agresiva porque era clave que se conociera la categoría del cartel en todos los rincones de Castilla-La Mancha y de Madrid”, revela Luis Manuel Lozano. “El presupuesto del festejo era alto pero tuvimos muy claro que para cubrirlo había que vender entradas y meter gente en la plaza. Eso no se logra sin trabajo y sin adecuar los precios a todos los bolsillos para que todos los que quisieran ir a los toros lo podrían hacer”, subraya.
El resultado fue rotundo y exitoso. Los tres toreros –Enrique Ponce, El Juli y Sebastián Castella- salieron a hombros. Las bases del futuro en Toledo están puestas. “Es una plaza a la que le tenemos toda la familia mucho cariño – reflexiona el empresario- y Toledo es una provincia a la que estamos muy unidos y muy vinculados. Sabíamos que la plaza lleva años en el anonimato y cuando surgió la ocasión de hacernos cargo de ella no lo dudamos. Sabíamos que era un riesgo pero también sabíamos que con trabajo se puede hacer muchas cosas. Estamos satisfechos. Toledo ha sido una continuidad del trabajo que estamos desarrollando en otras plazas como Albacete o Aranjuez, por ejemplo”.
