La Revolera

Otros tiempos y otros toreros

Paco Mora
martes 29 de julio de 2014

De acuerdo en que se deben buscar nuevas fórmulas para que el público acuda al espectáculo taurino. Que las noches de verano son más agradables que las caliginosas tardes, también. Pero existe…

De acuerdo en que se deben buscar nuevas fórmulas para que el público acuda al espectáculo taurino. Que las noches de verano son más agradables que las caliginosas tardes, también. Pero existe una fórmula para que la Feria de Julio de Valencia no siga cayendo en picado. Una fórmula que se había aplicado siempre y no falló nunca.

Desde Joselito y Belmonte, pasando por Manolete, Arruza y Pepe Luis y desembocando en Ordóñez, El Viti, Camino, Pedrés, Mondeño y todos aquellos toreros de la época de plata del toreo, los coletas que interesaban se anunciaban dos, tres, cuatro y hasta cinco tardes en la plaza de la calle de Xàtiva en el tórrido mes de Julio. Y entonces no se hablaba tanto de crisis, pero había menos dinero que ahora. Y el público respondía y la de Julio era la feria más importante del verano. A la cita con Valencia llegaban las figuras muy puestos y de ella salían disparados hacia los desafíos de Bilbao y las demás ferias del norte. Y no digamos nada de aquel año en el que Litri y Aparicio acapararon toda la Feria y no se les cayeron los anillos.

Pero entonces las figuras no toreaban de salón en las plazas de los pueblos con los niños del lugar como espectadores, ni hacían tours con lujosos autocares como si fueran artistas de circo, ni vetaban a La Maestranza. Todo se lo ganaban en el ruedo y no le hacían ascos a ninguna feria por temor a que solo estuvieran en la plaza ellos, sus cuadrillas y la banda de música que amenizaba el espectáculo. Eran otros tiempos. Y otros toreros.

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