No he visto en ningún medio generalista la reseña del encuentro de Pedro Sánchez con los ganaderos de reses bravas, celebrado esta semana con el Secretario General del Partido Socialista. Se debe tratar de un despiste de la oficina de prensa, ya que la entrevista tuvo lugar en el despacho del citado político en la Calle de Ferraz. Me niego a pensar que la oficina en cuestión recibiera órdenes de no divulgar la noticia. Porque de ser así significaría un ninguneo más del joven político a la Fiesta de los Toros. A no ser que hubiera un acuerdo previo de mantener el secreto sobre el particular. Claro, que no es pensable tal circunstancia, puesto que en ese caso ni José Luis Lozano ni Joselito, ni ningún otro ganadero, hubieran hecho declaraciones al respecto. Los ganaderos son gente seria.
También cabe dentro de lo posible que a mí se me haya pasado la referencia, cosa poco probable porque suelo leer, sobre el papel o en los portales, casi todo lo que se publica sobre las cosas del toreo. Y hasta ahora solo he tenido constancia de dicho acto en la prensa especializada. Lejos de mi ánimo de hacerme a la idea de que don Pedro esté jugando con dos barajas con la gente del mundo del toro. Ya es conocida también la seriedad de los políticos, y más tratándose de un hombre joven que habla de abrir puertas y ventanas para que entre la verdad hasta el último rincón de la política.
