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Por Carlos Ruiz VillasusoPor Carlos Ruiz Villasuso

En marcha

Carlos Ruiz Villasuso
domingo 14 de diciembre de 2014

Si la ley nos da la razón en Cataluña, si se nos abre la aduana para ejercer nuestra libertad, ¿qué hará Balañá? ¿qué hará Matilla? ¿qué hará José Tomás? ¿Qué estarán pensando ellos y los demás respecto a esa posibilidad cierta que tanto temen los de ERC y acólitos?

Los toros, con bastante probabilidad, tendrán derecho legal a regresar a Cataluña. Eso es lo que un ciudadano puede exigir y pedir a la ley. Otra cosa es que nosotros no seamos capaces de que, cuando se puedan anunciar toros en Cataluña (en Barcelona más bien) tengamos armado un proyecto unánime, ilusionante, fuerte. Una fiesta de regreso de forma excepcional y un año o dos continuado en donde un consenso de empresarios, toreros y ganaderos, todos a una, armen una programación en la que ganar dinero sea prioridad mil. Las 999 anteriores han de ser una oferta de impresionante calado social. Y, si hace falta, a precio cero.

Todos, José Tomás el primero. Todos, los Juli, Morante y compañía, los ganaderos de vitola, los banderilleros, los periodistas… todos, sin divisiones, sin miras económicas, han de estar preparados para, desde el minuto uno, lanzar sobre Barcelona una serie de eventos y espectáculos, dentro y fuera del ruedo; culturales, musicales, artísticos, docentes… que muestren la solidaridad, el afecto y la apuesta del mundo del toro por una comunidad insultada, robada, violentada en su libertad. Todos sin excepción y sin que nadie ponga un pero.

La cuestión es si todas esas partes son conscientes de lo que el toreo se juega si la ley nos da la razón. Si se nos abre la aduana para ejercer nuestra libertad. ¿Qué hará Balañá? ¿Qué hará Matilla? ¿Qué hará José Tomás? ¿Qué estarán pensando ellos y los demás respecto a esa posibilidad cierta que tanto temen los de ERC y acólitos? Porque la ley nos puede regresar la dignidad, pero no el respeto. La fiesta de toros ha de regresarse, en Barcelona y donde sea, al respeto que se nos ha faltado. La ley no va a armar carteles, la ley no va a estructurar eventos de tipo alguno ni va a lograr un acuerdo de músicos, actores, políticos y prohombres y mujeres que dicen ser aficionados.

La ley nos abrirá las puertas cerradas, y entonces seremos nosotros, ojalá, los que tengamos que estar a la altura de un suceso histórico como sería poder regresar luego del éxodo. Porque será el toreo quien devuelva la vida al toreo en Barcelona. Él mismo. Uno piensa bien porque no queda más remedio que hacerlo. Aunque mirando la cara de Junqueras y la de los suyos, a lo mejor ellos saben que nosotros quizá no seremos capaces de estar a la altura. Debemos hacerlo porque podemos hacerlo. Porque Barcelona está al lado de Madrid, y de Olot y de Tarragona y de Figueres… Porque Barcelona siempre ha estado al lado, ahí cerca, a tiro de piedra. Vamos a ponernos en marcha. Por si acaso la ley nos da la razón y, entonces, nos examina de verdad en Cataluña.

Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1941

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