La revolera

Pólvora mojada

Paco Mora
lunes 20 de abril de 2015

La Fiesta no necesita ya fichar mercenarios para que la hundan. Se les acabó el chollo a los “anselmis”. Los de dentro se bastan y sobran para cargársela.

Los de Torrestrella han resultado esta tarde, primer día de Feria y sexta del serial, pólvora mojada. La Feria taurina de este año, que empresarialmente está resultando un auténtico “vía crucis”, es la prueba del nueve de que en el negocio del toreo está todo inventado. Las fidelidades a las plazas, al paisanaje y al “río de Sevilla/que bien pareces/lleno de velas blancas y ramos verdes”, en lo taurino es una milonga. La gente saca la entrada si el cartel rezuma interés por uno u otro motivo, y si se reúnen los tres principales, miel sobre hojuelas. Como hoy sólo compareció la primavera sevillana, en la que siempre fue la hora lorquiana y ahora tampoco lo es, el respetable se ha dedicado a pasear por Serva la bari que no cuesta un duro y alegra el alma. Y es que abril y en Sevilla… ¡Qué maravilla! Mientras, La Maestranza sigue enferma de “cementosis”. Y lo que te rondaré.

Decía Martín Villa, que es el político más inteligente que he conocido en mi largo caminar periodístico, que los de enfrente son sólo adversarios, pero el enemigo está dentro del propio partido. Por eso, cuando estabas con él en animada conversación, en un restaurante o en los pasillos del Congreso de los Diputados, de pronto te daba un ligero codazo y exclamaba “sotto vocce”: “Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros”. Tampoco La Fiesta necesita ya fichar mercenarios para que la hundan. Se les acabó el chollo a los “anselmis”. Los de dentro se bastan y sobran para cargársela.

Habrán notado que esto se parece a una crónica taurina como un huevo a una castaña. Igualito que lo que se ha celebrado esta tarde en el coso del Baratillo se asemejaba a la alegría de una corrida de toros en Sevilla y en abril. En el cartel de mañana se dan en principio dos de las condiciones esenciales; hay toros y toreros y si la primavera sigue con su estallido de luz y de color como hoy, el personal recordará dónde están situadas las taquillas. Luego el resultado artístico será el que sea pero no hay otra. Aquí está todo inventado. ¡Es tan fácil! Y la ceguera y la petulancia de algunos lo hacen tan difícil…

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