FOTOS DE DANIEL CHICOT DEL FESTEJO
Fotos: DANIEL CHICOT
Rafaelillo pudo tocar pelo del que hizo segundo, un toro que saltó al callejón, tras una faena dispuesta, entregada y esforzada frente a un toro complicado en los primeros compases y de corto viaje. El murciano fue sacando uno a uno los muletazos en una labor presidida por la emoción. Acabó imponiéndose a su oponente finalizando de estocada entera y contraria y tres golpes de descabello. Con dos largas afaroladas saludó al cuarto, un toro bravo en varas, que empujó en el peto y al que dio réplica Juan José Esquivel, ovacionado. El murciano le plantó cara al toro, muy entregado y dispuesto, logrando muletazos de uno en uno. Pinchó en la suerte suprema y saludó una ovación.
Con cinco verónicas y una bonita media recibió Manuel Escribano a su primero, un toro de Victorino Martín humillador y de buena condición. El sevillano, que banderilleó con poderío, cuajó una faena de muy buena factura presidida por la templanza, el asiento y la seguridad. A buen nivel en el toreo en redondo, la faena creció de verdad en una serie al natural a cámara lenta. Muy puesto y entregado, fue cogido sin consecuencias. Mató de una contundente estocada y paseó una oreja de ley. De rodillas saludó al sexto, ante el que armó un verdadero alboroto en banderillas. Pleno de facultades, el sevillano clavó tres pares con variedad y facilidad. En pie el Coliseo. Centrado y metido, la faena del de Gerena no terminó de tomar vuelo frente a un animal noble pero sin transmisión.
Abrió plaza un buen toro de Victorino Martín, noble y con fijeza aunque le faltó un punto más de chispa en su embestida. Confirmó alternativa Paco Ureña que instrumentó una faena, brindada al banderillero David Domínguez, templada, reposada y ligada sobre ambas manos. Corrió bien la mano por los dos pitones, con largura y buen trazo los derechazos y los naturales. Finalizó con ayudados por bajo antes de una estocada que le valió para cortar la primera oreja. El sexto fue un toro tardo y deslucido al que Paco Ureña trató de meter en el canasto. Firme y dispuesto el murciano, la faena no despegó en ningún momento.