La revolera

La lección magistral de Nimes

Paco Mora
lunes 25 de mayo de 2015

Lujuriosa hemorragia de buen toreo, de serenidad, sabiduría y temple. ¿Hay quién dé más? Bueno, pues todavía hay quienes dicen que el catedrático Ponce dice siempre lo mismo. Bendito sea Dios, pero es que no sabe hacerlo mal.
Señor profesor, la hora, dice el bedel con voz engolada. Se abre el aula del ruedo de Nimes y Enrique Ponce, catedrático de la asignatura “Teoría del arte del toreo”, imparte su lección magistral. Se podía oír el vuelo de una mosca. La sala abarrotada, encandilada con la lección práctica del valenciano, no osaba ni parpadear. Aquello era “boccati di Cardinale”. Con veinticinco años de ejercicio y las explicaciones del joven profesor seguían sonando a la música nueva y eterna de la Tauromaquia. A eso le llamo yo ser figura del toreo. Todo lo demás son variaciones sobre el mismo tema.

He visto un vídeo y aquello era una lujuriosa hemorragia de buen toreo, de serenidad, sabiduría y temple. ¿Hay quién dé más? Bueno, pues todavía hay quienes dicen que el catedrático Ponce dice siempre lo mismo. Bendito sea Dios, pero es que no sabe hacerlo mal. Y eso de emocionar a la concurrencia mostrándose aperreado e inseguro para levantar de sus asientos a su auditorio no es lo suyo. Lo suyo, después de tantos años, sigue siendo una lección magistral de melodía ininterrumpida. Gracias maestro, por seguir haciendo lo mismo un año tras otro. Y enhorabuena por la efemérides tan gloriosamente celebrada.

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