FERIA DE SANTIAGO

Santander: Ponce a hombros y gran faena de Castella

El valenciano obtuvo un trofeo en cada toro de su lote y al galo, que paseó una oreja, se le pidió con fuerza otra tras cuajar al quinto
Licinia Muñiz
miércoles 22 de julio de 2015

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA DEL FESTEJO

Fotos: ARJONA

Recibió Ponce al toro de su regreso al coso de Cuatro Caminos con verónicas de compás abierto en el tercio. El primero de Cuvillo tiró de riñones en el caballo de José Palomares. Ponce lo probó en los medios a la verónica cerrando con una larga cordobesa con mucho sabor. El toro, bien presentado, bonito de cara, resultó noble pero de corto recorrido. El de Chiva lo llevó con la cara metida en el engaño y en un cambio de mano le hizo romper hacia delante y levantar los olés de los tendidos. Sensacional con la diestra, deleitando con su embroque puro y clásico. Mató de estocada y cortó una oreja en una faena en la que conjuntó inteligencia, arte y saber hacer.

Salió el cuarto y Ponce lo recibió de capa por abajo, genuflexo a la verónica. Salió el astado con las manos por delante en los primeros lances y no ayudó nada en el tercio de banderillas. Comenzó de nuevo por abajo enseñando a embestir al animal, que no quiso entrar en la pañosa. Ponce dio tiempo y no cesó en sacarle, gota a gota, el buen fondo que tuvo. Destacó la última serie. Muletazos con cadencia y torería que hicieron las delicias de los tendidos, que se pusieron en pie. Se tiró a matar y dejó una estocada, sumando un nuevo trofeo que le abrió la puerta grande.

El segundo fue un toro arisco, negro de capa, de corto recorrido y de peor condicion que el primero. Con la cara más chica que su hermano, enseñó una embestida desacompasada en la que, además, perdió las manos en varias ocasiones. Castella, que no tuvo lucimiento en el capote, comenzó a crecerse en la muleta y con ella conseguir una serie de pulso y suavidad al natural. Labor insistente y deslucida la del francés ante las desclasadas y violentas embestidas de “Miraflores”. La faena no llegó a tomar vuelo. Mató de estocada caída que mató al toro sin puntilla. Tímida petición de oreja y ovación que saludó desde el tercio.

El quinto salió como el resto, desacompasado y con corto recorrido. Sin embargo, Castella apostó a lo grande y se fue a los medios para comenzar con una serie de pases cambiados sacándoselo por la espalda. El público respondió emocionado con una fuerte ovación. El de Cuvillo fue rompiendo en la muleta del francés y mostrando mejor condición que sus hermanos. Se lo pasó cerca Castella dando muestra una vez más de su característico valor. Lo toreó en redondo, se lo sacó por la espalda… Mostró Castella su mejor versión y la plaza rompió aplaudiendo. Dejó media estocada, tendida y un poco trasera, cayendo el toro a sus pies y cortando una oreja. Se le pidió con fuerza la segunda.

Inédito Manzanares en el primer tercio con el tercero, que salió sin fuerza de chiqueros y acometió de manera violenta en el tercio de varas poniendo en apuros al picador que guardaba la puerta. Recortado de cara pero más montado que los dos primerosel de Cuvillo, que acusó en cada pase su mansedumbre y distracción de las telas. Manzanares se limitó a probar las embestidas sin meterse de verdad en la faena, acrecentando la desentendida salida de los engaños. Entró a matar sin ganas y pinchó hasta en cinco ocasiones. Escuchó pitos.

El sexto evidenció mejor son que sus hermanos. Justo de fuerza, se le trató con mimo y cuidado en los primeros tercios. Se desmonteraron Rafael Rosa y Luis Blázquez. Hubo más clase en la embestida que en los toques del alicantino. De gran calidad el animal, que requería de pulso y suavidad en el trazo. Reprochables los tiempos muertos que Manzanares dio entre series, que no sirvieron más que para restar emoción a su labor. Pinchó y terminó con el verduguillo. Contagiado del gris que teñía el cielo, la tarde fue plomiza para Manzanares.

Santander, 22 de julio de 2015. Cuarto festejo de la Feria de Santiago. Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y juego, destacando el buen 6º. Enrique Ponce, oreja y oreja; Sebastián Castella, saludos tras leve petición y oreja con fuerte petición de la segunda; y José María Manzanares, pitos y silencio. Entrada: Casi lleno en tarde nublada.

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