BILBAO.- HABLAN LOS PROTAGONISTAS

José Garrido: “La ovación me ha llegado al alma, me siento en mi plaza”

Juan José Padilla: "Una pena no matar estos dos toros, se me ha ido un triunfo importante" / El Cid: "Hacía falta que Bilbao volviera a verme, la espera ha merecido la pena"
Redacción APLAUSOS
martes 25 de agosto de 2015

Juan José Padilla saludó una ovación tras pasaportar al primer toro de la tarde. El jerezano, en declaraciones a nuestros compañeros de Movistar Plus Toros, afirmó: “Estoy molesto porque con esa estocada el toro no se ha echado pero la sensación ha sido muy positiva. El toro no pegaba ningún derrote y eso es importante para llevarlo metido en la muleta. Tenía además mucha nobleza“.

Luego, tras lidiar a Ferretero, un jandilla premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, afirmó: “El ganadero me ha dicho ahora unas palabras muy bonitas. Las virtudes al toro hay que sacárselas y este parecía en los primeros tercios no tenerlas, pero he apostado y ha humillado, transmitido, y yo me he sentido a gusto y feliz delante de la cara del toro y he disfrutado por los dos pitones. ¿Si ha sido mi mejor faena en Bilbao? Por el concepto que vengo buscando desde hace tiempo, de torear encajado y buscando la profundidad del muletazo, sí. Estoy marcando otra tauromaquia distinta en cuanto a concepto y cuando los toros me lo permiten, lo saco”. El jerezano concluía: “Una pena no matar estos dos toros, se me ha ido un triunfo importante, pero estoy orgulloso de haberlos cuajado y de haber sacado sus virtudes”.

Manuel Jesús “El Cid” fue silenciado con el segundo, un toro deslucido: “Le ha faltado raza al toro, siempre se me quedaba por detrás e incluso algunas veces se me venía para adentro. Lo he matado bien“. Sin embargo, cortó la oreja del quinto: “Ha sido una faena bonita. Intenté cuidar al máximo al toro en el caballo y me ha respondido muy bien. Ha sido bravo. Tenía fe en él, lo vi en fotos y en el campo y me gustó. Por el pitón izquierdo he toreado muy despacito, a él le costaba al principio con el capote más trabajo, pero sabía que cuando le diera dos o tres tandas por el derecho se podría ahormar. He toreado despacito, profundo… Hacía falta que Bilbao volviera a verme. Creo que la espera ha merecido la pena”.

José Garrido cortó una oreja del tercer toro de Jandilla, un animal temperamental y exigente: “Ha tenido la exigencia de un toro bravo, la pena es que soltaba la cara al final porque si no lo hubiera hecho le hubiera formado un lío importante. Siempre se metía por dentro y me he puesto en el sitio para sacarle los muletazos lo más limpios posibles. El toro pedía entrega más que un toreo abandonado. Todo lo que le he hecho ha tenido importancia“. Sobre su idilio con Bilbao, el extremeño comentó: “Esa ovación antes de que saltara el toro me ha llegado al alma, la gente me ha sacado a saludar por voluntad propia, me he emocionado y de ahí mi entrega máxima luego en el ruedo. Noto el cariño de la gente y me siento en mi plaza. Ellos me quieren y depositan una confianza en mí y si yo no les devuelvo ese “favor” poniéndome en el sitio que se tienen que poner los toreros, apaga y vámonos”. Una vez lidió al sexto, expresó: “Este toro tenía buena condición pero no podía tirar para adelante y mira que le he dado poco en el caballo y parecía que iba a tener brío, pero se paró y nunca más volvió a ser el mismo que con el capote. Me marcho con sensaciones muy bonitas, la gente tenía ganas de verme y creo que he dado una dimensión buena”.

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