ENCUENTROS DE BENLLOCH CON... RAMÓN VALENCIA (II)

“La voluntad de Morante es torear cinco tardes y le hemos dicho que sí”

“El gran gesto de las figuras este año es que vengan. Luego lo que ellos quieran"
José Luis Benlloch
jueves 19 de noviembre de 2015

“Mi postura es entrar en la normalidad, coger la pala y echar tierra al asunto” (Entrevista a Ramón Valencia, 1ª parte)

LA CONVENIENCIA DE LOS JÓVENES

-Hablando del próximo curso. ¿Cree que va a ser posible hacer realidad ese sueño empresarial de dar entrada a los jóvenes en los carteles de las figuras?

-Espero y deseo que sí. En esta casa llevamos varios años intentándolo. Lo hemos logrado en bastantes ocasiones y según desde qué perspectiva se nos ha valorado y también lo contrario porque donde entraba un joven no entraba otra figura. Es una pelea que hemos mantenido abierta porque consideramos que es bueno incorporar jóvenes. Ahora hay materia suficiente para con ese criterio confeccionar carteles con mucho in­terés. Si se consigue será beneficioso. Para todos. Para las figuras, para el público y para las empresas. Habrá más competencia, más estímulos.

Y para reforzar su argumento re­cuer­da lo sucedido en la corrida de Lo­groño con la presencia de Roca Rey, su flamante poderdante, que lanzó la tarde, desató la locura en el público y la respuesta de las figuras. Y extiende sus elo­gios a López Simón, a Garrido y cuan­tos jóvenes están en edad de empujar y me recuerda que a estos dos les dieron la alternativa en Sevilla.

-Los jóvenes no sólo van a torear más sino que van a entrar con un tipo de corridas de toros en las que hasta ahora no entraban o no entraban hasta que no triunfaban. Serán oportunidades con más posibilidades.

-Dices que intentabais esos planteamientos de combinar figuras y jóvenes… ¿Pero quién los frenaba?

-Nadie en concreto. No es que se negasen a torear con ellos, las figuras saben que con dos de ellos se completa un gran cartel, el problema surge porque las corridas que desean las figuras son las que son y si entraba un joven era un puesto que le quitabas a otra figura que también quería matar esa corrida y el que se quedaba fuera no lo aceptaba. Te decían algo así que cómo el que acababa de llegar mataba tal o cual corrida y ellos no. Ese era el problema.

-Dichosas modas ganaderas.

-Es así, se pone de moda una ga­na­dería y resulta que todos la quieren y yo tampoco soy partidario de ha­cer carteles de cuatro matadores. No es en absoluto necesario.

-Esa exigencia llevaría a doblar la presencia de determinadas divisas que tampoco es solución que a estas alturas goce de buen cartel o sea beneficiosa para nadie.

-Alguna vez lo hemos hecho pero no nos gusta. Además, cuando lo hemos hecho tampoco hemos tenido suerte. No salió bien.

-El año pasado se hizo.

-Lo hicimos porque teníamos apa­labrada una corrida de Gar­ci­grande y cuando fuimos a verla no estaba rematada. No fue un descuido del ganadero, que conste, se trataba de una disparidad de criterios. A él no le gustan las corridas muy rematadas y las mueve mucho y aquí, a la autoridad, le gusta el toro muy rematado. Así que hubo que buscar una al­ternativa y por eso entró la de Par­la­dé cuando estaba ya la de Juan Pe­dro. Y como ha venido ocurriendo cuando hemos doblado alguna ganadería, no dio resultado.

-Todos los años, parece lógico cuando no hay suerte, se reclama algún tipo de renovación entre las divisas.

-Aún estamos viendo las corridas, no es tema cerrado. Queremos que venga Torrealta, pero hay que verla, queremos que repita Cayetano Muñoz, que tiene un tipo de toro muy bien hecho y en las últimas temporadas dieron buen juego… No habrá muchos cambios.

La afirmación la ha dejado en el aire porque a estas alturas del año, a seis meses de la feria, sabe que los toros te pueden confundir y la decisión final, de gran trascendencia, está pendiente. Así que de momento se ha impuesto visitar todas las ganaderías previstas junto a Manolo Tornay y Santi Ellauri a diferencia de años anteriores en los que sólo acudía al campo a dar el visto bueno final.

-¿Y guiños toristas?

-Victorino que es un clásico y Miura que aún es más clásico.

-Eso son dos.

-Tuvimos una época en la que en preferia hacíamos tres o cuatro tardes toristas, además de Miura venía Cuadri, Palha, Victorino, Dolores… ¿qué ocurría?… que pasaba un día y otro y otro y los toros eran interesantes, a mí me gusta ese tipo de toro, pero no pasaba nada. No había éxitos, no había orejas y el público quiere divertirse, que todos los días pase algo importante y si el torero no sale con las manos hacia arriba no se va satisfecho.

-Hubo grandes faenas con esas corridas.

-Sí las hubo, cierto, pero los últimos años cogimos una mala racha y no hubo éxito, así que cambiamos el planteamiento. Además, si las figuras quieren dos, tres corridas, alguno cinco… no hay sitio para esas corridas que dices toristas.

-Salvo que las figuras…

-Salvo que alguna quiera hacer un gesto.

-¿Se lo ofrecéis vosotros?

-Se le pregunta. ¿Queréis?… No­so­tros siempre hemos sido receptivos a esos planteamientos.

-¿Va a haber algún gesto este año?

-Para mí el gran gesto, el gesto importante, es que vengan. Lo demás lo que ellos quieran. Si alguno de ellos quiere matar la de Miura o la de Vic­torino, sólo tiene que pedirlo. Cuando Juli se anunció con la de Miura, que luego no pudo torearla, al acabar la negociación de las otras corridas Roberto me dijo “Julián querría matar la de Miura, ¿vosotros querríais?…” le dijimos que sí, nos pusimos de acuerdo y se le anunció.

-Pues cada vez que ha ocurrido algo así, al margen del resultado final, ha sido muy reconfortante, muy revitalizador, dieron importancia a la feria y se la dieron ellos…

-Sí, pero no es fácil. Que Sevilla sea a principio de temporada hace que los toreros quieran sentar las bases de contratación para las otras ferias, no quieren crear precedentes ni que les ubiquen en corridas que no apetecen normalmente. Al final de temporada les importa mucho menos pero al principio y en Sevilla… les cuesta.

Ramón Valencia, mejor dicho la em­pre­sa Pagés, ha estado en el ojo del hu­racán las últimas temporadas. El desencuentro entre un grupo de mata­do­res/figuras al que nos hemos referido y su empresa añadido a la trascendencia de la plaza, elevaron el contencioso a pro­blema de estado taurino. Más si ca­be, porque los daños colaterales trascendían al latido de la misma ciudad que tengo la sensación de que nunca llegó a valorar la mucha influencia que ejercía el toreo sobre su economía y acabó añorándola y llorándola.

-¿Cómo llevas las negociaciones de 2016?

-Negociar de verdad todavía no lo hemos hecho, decir lo contrario sería faltar a la verdad. Lo que sí hice desde abril pasado es mantener contacto y aproximaciones con los distintos apoderados, de tal manera que ahora mismo me he reunido con todos ellos y con algún matador. Sabes, quiero reunirme con todos los matadores que estás pensando.

-El matador con el que ya te reuniste es Morante.

-Sí. Estuvimos charlando una ma­ñ­ana entera. Abrimos la puerta para sentarnos en esta mesa próximamente y negociar. Ahora estoy pen­diente de que vuelvan de América los otros para hablar con ellos personalmente. Lo haré antes de Navidad con todos. Quiero tener esa charla.

-¿Todo va bien?

-Todo va bien.

-¿Sin reticencias?

-Sin reticencias. En cualquier caso yo no las he notado. La gente decía esto o aquello pero nada, sólo he encontrado buena disposición.

-Se habla de Morante cinco tardes.

-Esa es su voluntad y nosotros le hemos dicho que sí. No va a ser el primer torero que toree cinco tardes. Lo hizo Manolete, luego Curro y ahora puede ser Morante. De hecho el año pasado a Manzanares le ofrecimos la quinta tarde aunque no le pareció bien estar en San Miguel y se anunció en cuatro.

Una de las novedades de la programación de 2016 afecta directamente a un clásico, a la matinal de rejones del domingo de Farolillos. Desaparece. Tras unos años de esplendor y llenos totales, la pérdida progresiva de público según asegura el empresario, había su­puesto entrar en pérdidas y se imponía un reajuste de la experiencia que con tanto éxito iniciase don Diodoro con la com­plicidad de los Jinetes de la Apo­teo­sis. La decadencia de la fórmula tiene explicación en motivos externos al toreo según Ramón: “En los mejores mo­mentos la gente venía a la feria desde los pueblos de la provincia. Acu­dían a los rejones por la mañana y lue­go por la tarde a la corrida de Miu­ra pero ese hábito se ha perdido y el domingo la feria ya hace años que tira poco, las casetas comienzan a es­tar vacías ese día, la gente desaparece y ha habido que cambiar la programación”. En rea­lidad no significa que desaparezca la corrida, se apresura a puntualizar, “se celebrará por la tar­de, como una más del ciclo, de tal manera que seguirá habiendo dos corridas de rejones”. El cambio ha su­puesto estirar la feria un día más con lo que habrá dos semanas completas de toros, desde el domingo 3 al domingo 17 además del Domingo de Re­su­rrec­ción, claro.

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