Hay que desenmascarar a los farsantes, a los que prohíben donde no tienen facultad para prohibir y tocarles el bolsillo a los que gustan de insultar. Sería una justa correspondencia. Y un chute de credibilidad para la nueva Fundación
La semana ha tenido pocos sobresaltos. A taurinos me refiero, claro. Y si pasó algo lo absorbió la dormidera mediática y abusiva del clásico, un aluvión capaz de hacer espectáculo de lo que es un drama universal: que si el primer anillo de seguridad, que si el segundo, que si mil policías, que si dos mil, que si el alquiler de una torre para verlo mejor, que si cuatro goles que pudieron ser seis… ¿Cuánto cuesta, cuánto instruye y eso no es subvención?… Y nadie se queja, al contrario. Tampoco quisiera eso para el toro. Aun así hubo tema taurino. La consolidación de la Fundación pongo por caso, que sigue avanzando. Están en una fase de reforma estatutaria para así poder incorporar a toreros y empresarios a lo que hasta ahora era territorio exclusivo de los ganaderos. Hasta es posible que cambie la denominación para pasar de llamarse Fundación del Toro a Fundación de la Tauromaquia y desde luego incorporará nuevos nombres a los puestos directivos. ¡Uf! Tienen apalabrado ya un gabinete jurídico importante además de una agencia de comunicación de las que se supone que tienen entrada en los grandes medios. Y tienen diseñada una irrupción pública muy inmediata, sonora y espectacular, con acciones muy concretas contra mentirosos y difamadores con el rescate de Mallorca como objetivo prioritario. No estaría mal. Hay que desenmascarar a los farsantes, a los que prohíben donde no tienen facultad para prohibir y tocarles el bolsillo a los que gustan de insultar y tocarnos las narices. Sería una justa correspondencia. Y desde luego sería un chute de credibilidad para la nueva Fundación.
Pasaron más cosas. Buenas y malas. Manzanares volvió a citarse con el quirófano, maldito año. Se movió la bolsa de los apoderamientos que este invierno no ha experimentado seísmos ni cracs si entendemos como tales cambios en las alturas donde reina la estabilidad, al fin y a la postre no están los tiempos para aventuras: Urdiales, eso ya no es noticia, reforzó su administración de siempre con la FIT en una decisión arriesgada que se pasea entre la lógica y la contradicción; Ferrera se ha dado la mano con Tornay y Ellauri y se aproxima a la nueva Sevilla; Juan Bautista, valor sólido en su Francia, busca una nueva estrategia para consolidarse en España y ha dado poderes a dos honorables currantes de la meseta: Jiménez&Ramos. Algún día habrá que valorar la lucha de gente como esta.
Más. Pamplona ha hecho público su cartel de ganaderías con un debut, Pedraza, y una reaparición, Cebada, como notas destacadas además de mucha lealtad a la tradición y a los éxitos… En Bilbao por su parte, van, finca a finca, concretando el cartel de sus ganaderías entre las que también es muy probable que haya debuts y reapariciones. El juego del ir y volver al igual que las novedades siempre generó interés e incluyo en ello a las ganaderías. Y a propósito de la cuestión ganadera, quede constancia del ascenso de los jandillas de Alcaraz, los toros de Daniel Ruiz, que el año recién terminado embistieron mucho y bien y se coronaron en Zaragoza con un toro bravo bravo, diría que en las antípodas de lo que se le acusaba a esta divisa en otros momentos, que acabará llevándole a las ferias de primerísima.
MORANTE CAMBIA FALLAS POR JULIO
En Valencia Simón Casas acelera para cumplir su palabra y dar los carteles de Fallas este mismo año. Como también ocurre en Sevilla y como ocurrió el año anterior y el otro, aquí y allá, el reparto o elección de ganaderías sigue siendo el gran escollo. Todos quieren la misma porque les gusta, porque no quieren que la elija otro y porque creen que hacer valer sus gustos da categoría. Es un pulso en el terreno de lo personal y lo profesional. El problema es tan viejo como la Fiesta misma y casi nunca trajo buenas consecuencias. Unas veces lo han solucionado con atascos, apelotonando nombres estrella en un mismo cartel que como excepción gusta y como rutina acaba cansando, que es lo que comienza a suceder en la actualidad. Es solución además que algunos entienden como compadreo y/o tapón contra los jóvenes y eso ahora mismo tiene una prensa fatal. Otras veces el conflicto desemboca con bronca y acaban dejando a alguna figura en la calle como aquel año célebre de la disputa de los denostados galaches en Madrid, guirlaches les llamaban, que ahora son encaste minoritario y deseado.
Si en aquella ocasión fue Palomo quien le tuvo que ceder la acera a El Cordobés, estas Fallas el que se queda fuera definitivamente, éste por decisión propia, sin disputa de por medio, es Morante. Ya lo adelantábamos en esta columna en una deducción de lo más lógica: si quiere torear doce, quince corridas, si quiere que Sevilla sea eje de su temporada, si ha pedido cinco tardes en la Maestranza, la deducción era evidente, las Fallas caen pronto y Valencia está muy lejos de Sevilla. Así que Simón, Casas que no López, se ha apresurado a asegurar su presencia para Julio. Y por ese mismo argumento de torear poco aviso que la afición de la capital del reino vaya haciendo planes de viajes si quiere ver al de La Puebla. Nunca está de más ser previsor. Y quien sí estará en las dos plazas, en Valencia y en Madrid y con carteles muy especiales es Simón, en este caso López que no Casas que por cierto, a Casas me refiero ahora, se muere por estar en Madrid y lo va a intentar con espíritu de culminación. Seguro.
