Paquirri, sin suerte en su regreso a los ruedos

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE TADEO ALCINA

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

Fotos: TADEO ALCINA

Accidentada comenzó la corrida en Insurgentes, tanto que en el primer par de banderillas fue volteado de fea manera Javier Escalante, recibiendo una fuerte paliza. Brindó al público Paquirri la faena de su reaparición tras la grave cornada de Huesca y de su vuelta a la México. Al de Marrón le costó desplazarse, quedándose muy corto, y Rivera Ordóñez dejó una faena de buen oficio pero de escaso relieve artístico. Deslucido el toro, faltó emoción. Se atascó con la espada, siendo silenciado. Al quinto lo recibió con una larga cambiada y al igual que en su anterior, no puso banderillas. La faena, que contó con momentos templados, careció de emoción ante un toro flojo y que perdió las manos durante la faena.

Diego Silveti emborronó con los aceros una interesante faena al segundo. El mexicano manejó con soltura y facilidad el capote, cuajando una labor muleteril templada y de buena expresión. Mejor sobre la diestra, por dónde corrió bien la mano frente a un animal que si bien se movió le faltó ritmo y clase en sus embestidas. Alargó en exceso la faena, anduvo desafortunado con la espada. Fue el sexto un toro que se fue desinflando a lo largo de la faena de un Diego Silveti, que dejó los mejores momentos en un quite por ajustadas gaoneras. Sin fuelle en la muleta y sin fuerza, Silveti se justificó en una labor de largo metraje.

El tercero, descastado, aplomado y agarrado al piso no permitió a Armillita IV instrumentar una faena ligada y compacta. Sin opciones el azteca, que puso disposición y voluntad en una faena que no pasó a mayores. El séptimo acusó, como sus hermanos, una considerable falta de fuerza. Muy endeble el animal, se derrumbó en varias ocasiones durante su lidia por lo que Armillita no tuvo opción alguna.

Juan Pablo LLaguno se estrelló en su primer turno frente a un animal descastado y deslucido. Tan sólo una seria sobre la mano derecha tuvo ligazón y ritmo. El de Marrón, afligido y a menos, impidió el lucimiento de Llaguno que no estuvo acertado con la espada. Llaguno dejó los momentos de mayor calidad e interés del festejo frente al octavo. Juan Pablo, en una faena medida e inteligente, toreó con suavidad y pulso sobre ambas manos a un toro con nobleza, humillador pero al que le faltó mayor transmisión en sus embestidas. Alargó la faena y el toro, aplomado, no le ayudó en la suerte suprema, pinchando en repetidas ocasiones y perdiendo los trofeos.

México D.F. (México), domingo 7 de febrero de 2016. Toros de Marrón, correctos de presentación y de pobre juego, flojos de los cuartos traseros, descastados, deslucidos y sin fondo en conjunto. Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri”, silencio en ambos; Diego Silveti, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso; Fermín Espinosa “Armillita IV”, silencio en ambos; Juan Pablo Llaguno, silencio y palmas tras dos avisos. Entrada: Menos de un cuarto. Los cuatro toreros fueron obligados a saludar antes de salir el primer toro de la tarde.