Pablo Lozano: “La repercusión directa o indirecta en el impacto económico de la ciudad es enorme según se ha demostrado los dos últimos años y según nos lo han transmitido las autoridades locales y el sector de la hostelería”.
La plaza de toros de Toledo vuelve a teñirse de lujo. El próximo 26 de mayo, la capital manchega se convierte en un referente nacional con la celebración de una corrida de toros de máxima categoría en la que, frente a ejemplares de Garcigrande, harán el paseíllo Enrique Ponce, El Juli y Álvaro Lorenzo, que se presenta en su tierra y será el primer torero nacido en la capital que torea en tan emblemática fecha. Una afición ilusionada, una terna que reviste de acontecimiento una fecha que ha recobrado el esplendor que históricamente tuvo el Corpus en Toledo. Una cita ineludible enmarcada en la celebración del 150 aniversario de la inauguración del coso.
Toledo es historia. Social, política, cultural, geográfica y taurina. Un referente a muchos niveles. Una ciudad que a nadie deja indiferente. Una plaza de toros que celebra 150 años de historia y leyenda y que por vez primera verá cómo un torero nacido en la capital toledana se presenta y hace el paseíllo en la fecha más emblemática y tradicional de toros en la ciudad: El Corpus. “No sé lo que significará pero para mí es algo muy íntimo y muy personal. Los aficionados me lo recuerdan y me ilusiona saberlo, pero lo que más me inquieta es estar a la altura de la expectación que se ha generado a mí alrededor. Hay días en que no se puede fallar y uno es este”, admite Álvaro Lorenzo.
Domingo Ortega, Pablo Lozano, Gregorio Sánchez. Tres nombres que son leyenda, páginas de oro en la historia del toreo. Tres referentes de clasicismo y en el caso de Domingo Ortega de poderío y dominio. Un antes y un después en la historia de la tauromaquia. Para muchos aficionados e historiadores, el Maestro de Borox es el ejemplo de lo que significó el dominio del hombre al servicio de la más estricta tauromaquia. Todos ellos marcaron un hito en la Fiesta y tienen su nombre inscrito en la historia de la plaza de toros de Toledo. Como más recientemente también lo hicieron Carlos Collado “Niño de la Taurina” o el actual Eugenio de Mora, que se doctoró de manos de Curro Romero. Todos ellos precedieron al último toledano que se ha convertido en matador de toros y que tiene revolucionada a una afición tan sabia como la de toda la provincia toledana: Álvaro Lorenzo.
IMPACTO ECONÓMICO
Los ingredientes están sobre la mesa. Una combinación de lujo. Enrique Ponce, El Juli y Álvaro Lorenzo frente a toros de Garcigrande, una ganadería que es sinónimo de clase y regularidad, propia de grandes acontecimientos como El Corpus en Toledo. “La corrida tiene otro factor importante que es el respaldo social y económico que tiene no sólo en la capital sino en los alrededores”, expone Pablo Lozano. “El eco del festejo y su repercusión directa o indirecta en el impacto económico de la ciudad es enorme según se ha demostrado durante los dos últimos años y según nos lo han podido transmitir las autoridades locales y todo el sector de la hostelería”, subraya.
Como empresario y fiel conocedor de Toledo, Pablo Lozano insiste en el potencial que la corrida de El Corpus tiene para la ciudad: “Es cierto que es una jornada cargada de actos y por la mañana toman mucho protagonismo las celebraciones religiosas, pero el reclamo de los toros es enorme en sectores como la hostelería o el turismo, donde el impacto económico es muy grande. Toledo es una ciudad con una oferta gastronómica y de recaudación muy importante, de las de más prestigio de Castilla-La Mancha”.
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