FERIA DE SAN ISIDRO

La ciencia de Ponce y el arrojo de Román brillan en Madrid

Inmaculada tarde del de Chiva: faena de primor a su primero y ejercicio de valor y suficiencia frente al cuarto
Íñigo Crespo
jueves 19 de mayo de 2016

Román perdió un posible trofeo por la espada frente al sexto en un festejo en el que Luque, solvente, fue silenciado.

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

FOTOS DE JAVIER ARROYO DEL FESTEJO

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Fotos: JAVIER ARROYO

Ponce rayó a gran nivel frente al segundo, un toro serio al que entendió muy bien, con un temple y un fondo de nobleza importante pero al que le costó entregarse. El valenciano realizó una lidia siempre a favor del animal, que manseó en los primeros tercios y se quedó más corto por el lado izquierdo. La faena estuvo condicionada por el viento, que impidió al de Chiva plantear su quehacer en los medios, donde quizá hubiera ayudado más el del Puerto. Tuvo que ser entre las dos rayas, donde Ponce toreó con suprema elegancia, dejando varios derechazos ejecutados a cámara lenta pero, a la vez, con una gran autoridad. Sobresaliente también el toreo por bajo, tanto en el inicio como en el epílogo de la faena. El público, entregado, le dejó hacer y desarrollar. Un pinchazo, una estocada trasera y dos golpes de descabello redujeron el premio a una ovación con saludos tras aviso.

El cuarto blandeó durante el primer tercio y a la salida del segundo puyazo fue devuelto a los corrales por el presidente. En su lugar salió un sobrero de la ganadería titular, que también vio asomar el pañuelo verde. Saltó entonces el cuarto tris: un colorado de Valdefresno de formidable trapío. Muy difícil estar con más naturalidad, suficiencia, paciencia y tranquilidad que la que exhibió Ponce ante el toro. Tiró de técnica y sabiduría ante un astado que llevó la cara alta, no quiso emplearse, se quedaba corto y medía al valenciano. Enrique tiró de aplomo y valor para plantear faena al abrigo de las tablas, protegido del viento pero dándole todas las ventajas al toro. Resolvió como una figura. Lástima que el toro no respondiera. Mató de una estocada, tardando el toro en caer. Ovación con saludos sin un solo voto en contra.

El tercero fue un capítulo intrascendente de Luque. El animal, que pareció descoordinado de salida, se mantuvo así durante toda su lidia. Astado muy noble, con fijeza y movilidad pero rebrincadito y sin humillar. El sevillano anduvo académico en una labor de abundantes muletazos. Pinchazo y estocada. Silencio.

El quinto tuvo buena condición pero le costó repetir. Más metido se le vio a Luque, que manejó bien la capa toda la tarde. Realizó después una faena de buen concepto, en la que quiso torear despacio y con los vuelos de la muleta. Lo consiguió por momentos, especialmente toreando sobre la mano derecha. Faltó consistencia pero la faena tuvo golpes de armonía. No pasó del tono medio, pero se le vio más suelto y torero al sevillano, que concluyó de pinchazo y estocada desprendida. Silencio de nuevo.

El primero, el de la confirmación de Román, se lesionó en el mismo inicio de la faena de muleta. El valenciano, decidido con el capote, cuajó un apretado quite por gaoneras y brindó al Rey Emérito, Don Juan Carlos I, la faena y muerte “del toro más importante de mi vida”, dijo. Sin embargo, tras un estatuario inicial y otro cambiado por la espalda, se produjo la lesión. El del Puerto, con la mano rota, no podía embestir, siendo pasaportado de inmediato por Román, que fue silenciado.

Román perdió con la espada una oreja del sexto, un toro que se movió sin clase pero manteniendo un punto de exigencia que dio emoción al quehacer del valenciano. Valiente el torero, que apostó con sinceridad dentro de una labor con su punto de tensión. Faena de ida y vuelta, en la que no se dejó nada atrás. Dos poncinas muy limpias al final surgieron fruto del descaro de Román. La afición le respeto y valoró su entrega. Faltó rematar con la espada y terminó saludando una ovación.

Madrid, jueves 19 de mayo de 2016. Plaza de Las Ventas. Decimotercera de San Isidro. Cinco toros de Puerto de San Lorenzo y uno (4º tris) de Valdefresno, salido tras devolverse el titular y el primer sobrero, también del hierro titular, ambos por inválidos. Bien presentados, serios, en tipo, nobles y en general faltos de empuje. De buena condición el 2º. Violento, descompuesto y con fondo de casta el 6º. Enrique Ponce, ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos; Daniel Luque, silencio en ambos; y Román, que confirma alternativa, silencio y ovación con saludos. Entrada: Lleno. Raúl Martí se desmonteró tras parear con brillantez al sexto. Román confirmó con Relicario, nº 142, negro, de 561 kilos y nacido en abril de 2011.

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