Álvaro Lorenzo: “Para mí Toledo son palabras mayores”

"La gente de mi tierra me espera y más siendo mi presentación con dos figurones del toreo de la talla de Enrique Ponce y El Juli", afirma el toledano
Íñigo Crespo
sábado 21 de mayo de 2016

Toledo: El hermoso legado de Domingo Ortega

“Para mí Toledo son palabras mayores”, reconoce Álvaro Lorenzo acerca de su próximo compromiso como matador de toros: la corrida del Corpus. “La gente de mi tierra me espera y más siendo mi presentación con dos figurones del toreo de la talla de Enrique Ponce y El Juli. Eso me obliga a ser muy responsable y a estar a la altura de las circunstancias. Estas son las tardes que marcan la carrera de un torero”, sostiene el toledano en el ejemplar de esta semana de APLAUSOS.

“Es difícil quedarse con uno de los grandes maestros que ha habido en Toledo a lo largo de la historia pero si tuviera que elegir a uno sería a Domingo Ortega”, asegura Álvaro Lorenzo. “A lo mejor será porque todos los días hablo de él con Don Pablo Lozano, que para mí es otro ejemplo y de quien estoy aprendiendo todo, pero Domingo Ortega es un símbolo y un icono en la historia de la tauromaquia”, detalla. Para Álvaro Lorenzo, el toreo del Maestro de Borox estaba marcado por la naturalidad: “Y por la armonía, el ritmo y eso tan difícil de tener que es la personalidad a través de la torería”.

Toledo espera a Álvaro Lorenzo. Lo sabe. Para él es un sueño. Una oportunidad de reivindicarse a sí mismo y de marcar un primer punto de inflexión en su carrera, incluso de defender su territorio. “Puede parecer un poco pretencioso pero siempre he soñado con torear en El Corpus en mi tierra”, reconoce antes de explicar y poner en valor un deseo más profundo y más íntimo: “No me quiero quedar en ser el torero que quiere Toledo ni en ser el torero de Toledo. Mi meta es ser el torero de todo el mundo, abrir muchas vías y ser querido en las plazas más importantes. Es un objetivo ambicioso pero lo puedo conseguir. De novillero tampoco me había podido ni imaginar que podría llegar a torear en las grandes ferias y no sólo lo he hecho sino que he triunfado en muchas de ellas como en Vistalegre, Sevilla, Nimes o en mi despedida en Madrid”.

Una carrera de novillero marcada por la evolución. Álvaro Lorenzo ha sabido curtirse en tres años toreando con picadores hasta llegar a la alternativa -tomada este pasado sábado en Nimes- con un cuajo y una madurez que hace despertar ilusiones sobre su presente y más sobre su futuro. “Siento que he crecido y que he mejorado mucho”, afirma con rotundidad. “He asimilado una técnica y un aprendizaje psicológico que me hacen ser ahora un torero más maduro y más sólido delante de la cara de los toros. Hay que tener en cuenta que he toreado casi sesenta novilladas y eso te aporta mucho oficio y al final el oficio es seguridad y son conocimientos”, explica.

La clave de toda esta trayectoria evolutiva se encuentra en el entrenamiento diario y en la fortaleza mental. “El toreo de salón es fundamental, ahí es donde se perfecciona todo, incluso mucho más que toreando vacas. El contacto con los trastos es lo que te afina, donde corriges muchos errores técnicos y donde se asimilan muchas propuestas que luego las tienes que desarrollar delante del toro”, expone.

“Hay otro factor -continúa el diestro- que hace que delante de la plaza evoluciones: la madurez como persona. Eso me parece muy importante. Cuando empiezas de novillero no eres consciente de lo importante que resulta todo. Sabes que tienes que demostrar muchas cosas pero con el tiempo es cuando interiorizas los esfuerzos y los sacrificios que hacen la gente que está a tu alrededor, gente que ha confiado en ti y a la que no puedes fallar nunca”.

Acaba de llegar a un escalafón muy duro. La competencia es muy fuerte y el nivel que están marcando hoy en día los grandes toreros del momento es altísimo. “La competencia es máxima”, sentencia Álvaro Lorenzo. “Basta con ver a las figuras del toreo cómo están apretando todas las tardes y cómo los nuevos toreros que acaban de llegar están arrollando a diario para no dejarse ganar la partida y subirse al tren, a ese tren al que yo también me quiero subir”, reflexiona antes de admitir: “Pero para hacerlo tengo que triunfar en tardes como la de Toledo junto a dos máximas figuras. Ese es el único camino”.

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