La pincelada del director

Gloria y barro; respeto y bilis

José Luis Benlloch
miércoles 20 de julio de 2016

Las reacciones a la muerte de Víctor han puesto al descubierto una preocupante realidad más allá del debate de toros sí, toros no. Son excesivos, son una bomba sin espoleta. No se entiende. No vienen de una guerra, ni del hambre, ni de las carencias, ni de la incultura ¿de dónde sacan ese odio?…

Dura y apasionante. Gloria y barro. Así ha sido la semana. Mandó el respeto al héroe caído y se sintió la bilis derramada por tanto necio. Se contradicen en su esencia. Los necios. Van de buenos buenísimos y sacan lo peor de la naturaleza humana. Denuncian la crueldad animal y se embarran en la exaltación de la crueldad humana. Canibalismo aliñado con odio. Los animales por encima de los humanos. ¡Cuánto fanatismo! Los escuchas, los lees, dando la cara o escondidos en seudónimos, me da igual que me da lo mismo, en la red y hasta en las tertulias radiofónicas y también en los hemiciclos desde donde tratan de gobernar para y con sus vísceras y te tienes que preguntar sobre qué polvorín vivimos. Los escuchas a ellos y es como si el ronroneo de un camión frigorífico avanzase por la avenida de la tolerancia arrollando las libertades conquistadas, las que precisamente les llevaron hasta allí. Los ves, los sientes, en la puerta de una plaza, en Benidorm mismamente este sábado, y te retrotraen a las turbas del santo oficio esperando el momento crucial. No se entiende. No vienen de una guerra, ni del hambre, ni de las carencias, ni de la incultura ¿de dónde sacaron ese odio?… Las reacciones a la muerte de Víctor han puesto al descubierto una preocupante realidad más allá del debate de toros sí, toros no. Son los mismos, me aseguran, que se alegran de las lesiones de Cristiano o cuestionan el intelecto de Messi, simplemente porque no encajan en sus creencias. Peor me lo ponen. Son demasiados, son excesivos, son una bomba sin espoleta.

La reacción tan bestial del maestro de Paterna, ese que es capaz de mearse en las coronas de los muertos -¿en qué manos están nuestros hijos?…- el mismo cobarde que asegura que le suplantaron en el Facebook y todo seguido le pillan que no es la primera vez que celebra cornadas, ese desvarío ideológico que ha surgido por los desagües de la red ha tenido el efecto beneficioso de aclarar quién es quién en esta historia, de quitarles la careta a los falsos animalistas, también de despertar a los indecisos y a quienes no habían medido la dimensión del conflicto que, insisto, va más allá del manido toros sí, toros no para establecerse al borde del abismo del pensamiento único. Leyéndoles o escuchándoles con ese resentimiento, me pregunto si alguien podría asegurar que no serían capaces de reabrir Mauthausen. Himmler, principal gerifalte nazi, tras una tarde de toros en Las Ventas también aseguró que las corridas le parecían un horror. Exactamente.

El mundo del toro tendría/tendríamos que aprovechar la coyuntura, ese es el legado que ha dejado Víctor Barrio, para ahondar en las esencias de la Fiesta, explicar al mundo sus valores, reivindicarnos por la vía de la exigencia, no somos ciudadanos de segunda, respétennos y ahondar en la promoción. La Fundación del Toro de Lidia ha tomado la iniciativa y se ha dejado notar, se ha activado en la vía jurídica que es fundamental porque ataques y despropósitos así no le pueden salir gratis a nadie y ha logrado, es un paso más, abrir las puertas de las altas instancias. Ahora que se ha demostrado la validez del nuevo organismo estaría bien que quienes sin duda serán principales beneficiarios de su tarea, se decidieran a respaldar abiertamente al nuevo organismo y no hay mejor apoyo que la financiación. O hay pasta o no puede haber defensa. O hay unión o no puede haber defensa. Son premisas ineludibles. Y ahora que se ha demostrado que somos capaces de defendernos en los tribunales hay que avanzar en la promoción y eso también exige financiación. O consolidan la Fundación o lo lamentaremos todos.

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