Eduardo Miura es otro de los ganaderos que ha sentido la pérdida de Fermín Bóhorquez, al que confiesa que le unía “una gran amistad” desde siempre. “Lo he sentido mucho, la verdad, porque lo apreciaba. Aunque sabía que estaba malito, uno nunca se espera que llegue este momento. Además, tengo que decirte que nació en Sevilla, porque su madre era sevillana. Por cierto, él todavía guardaba algo de parentesco con nosotros por parte de mi madre”. Recuerda que la amistad entre ambos viene ya de sus padres. “El mío y el suyo eran muy amigos. De hecho, cuando a su padre le dio un infarto en una reunión de ganaderos, el mío también estaba allí con él”.
Sobre la personalidad de Fermín Bohórquez, Eduardo ha querido destacar su manera de vivir la vida: “Ha sido un afortunado al poder divertirse en su casa haciendo lo que le gustaba, el rejoneo, el toreo, los caballos, la ganadería… y también su amplia familia. Ha disfrutado la vida de una manera intensa”.
Como ganadero, don Eduardo admite que “supo llevar muy bien lo que su padre compró de Urquijo. Fue una ganadería que la mataban las figuras de la época y que actualmente, en el rejoneo es una de las más importantes por el tipo de embestida constante que tiene y su galope. Es un toro con fijeza y que repite con un galope muy bueno”, concluye.
