SEMANA GRANDE

Roca Rey, valor y corazón, dos orejas en San Sebastián

El peruano cae de pie en su presentación en Illumbe y muestra el descaro y el aplomo de su tauromaquia
Íñigo Crespo
lunes 15 de agosto de 2016

Un trofeo logró Alejandro Talavante que cuaja una faena plena de talento e inspiración. Castella, ovacionado en su primero, tuvo que ser atendido de un corte en la mano izquierda.

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ANDRÉ VIARD

Fotos: ANDRÉ VIARD

Fue bueno el primer toro de Zalduendo con el que apareció la versión más compacta y auténtica de Sebastián Castella. Toro fino de cabos y abierto de cuerna. De franca y noble embestida. Castella apuntaló su faena en la naturalidad del manejo y en la ligazón sobre el pitón izquierdo. Muy fácil y a la vez lucido. Firmeza del de Beziers -que brindó su labor a Doña Elena de Borbón- que se acopló bien con su oponente hasta que la espada se interpuso con el premio. Deslucido el cuarto, se paró y se acobardó en la muleta. Rebrincado y descastado. Cumplió Castella en una faena tesonera mientras pudo sujetar al animal en los medios. En tablas, resultó imposible. Al entrar a matar, sufrió un corte en la mano izquierda del que tuvo que ser atendido en la enfermería.

Inspiración y talento fue lo que puso Alejandro Talavante frente al buen segundo de Zalduendo, un toro alto de agujas y que sacó fondo. Puesto y templado, el extremeño le cuajó una faena compacta pero cargada de golpes de atrevimiento. Labor pasional. Torerísimo su toreo con la izquierda, cosiendo los muletazos con los vuelos y enroscándose al animal. Un gran Talavante. Muy noble el quinto, que anduvo justo de fuerza pero al que Talavante aplicó mimo y un temple atercipelado. Faena de acariciar la embestida en el centro del ruedo, ligando los muletazos sin forzar al animal. Ejercicio de pulso y suavidad, poniendo toda la fibra que le faltó a su oponente. Labor de mérito por la cadencia y el compás de sus muletazos. No hubo premio por fallar a espadas.

VALOR Y CORAZÓN DE PLOMO DE ROCA REY

A por todas salió Roca Rey frente al tercero, al que cuajó un quite por tafalleras rematado con una brionesa, echándose por delante al toro. Gran quite. El toro tuvo nobleza pero sin rebosar la embestida. El peruano puso fibra, seguridad e intensidad en una faena ligada en su primera mitad y de planta atornillada en los terrenos del animal al final que llegó mucho al público por la cercanías y la exposición. La buena estocada como colofón dio paso a la oreja.

Frente al sexto, Roca Rey volvió a hacer gala de su valor y su corazón de plomo. También de su innata facilidad para jugarse el tipo sin inmutarse. Lo hizo en un quite apretadísimo por gaoneras y lo repitió en la faena de muleta, brindada a la Doña Elena de Borbón y abierta con escalofriantes estatuarios en los medios. El toro careció de clase y entrega, su tendencia natural era a puntear los engaños. Ejemplar complicado frente al que el peruano se apretó sin miramientos. Le pisó el terreno, le buscó las vueltas con autoridad y descaro. Fue prendido sin consecuencias aunque en una de ellas el pitón arrancó la botonadura del chaleco. Muy por encima de su oponente Roca Rey. Mató de un espadazo contundente y paseó una oreja.

San Sebastián, lunes 15 de agosto de 2016. Tercera de la Semana Grande. Toros de Zalduendo, de buena presencia y desigual juego. Mejores los tres primeros, con nobleza y fondo, más deslucidos los restantes. Sebastián Castella, ovación con saludos y silencio; Alejandro Talavante, oreja con fuerte petición de la segunda y ovación con saludos tras aviso; Roca Rey, oreja con fuerte petición de la segunda y oreja. Entrada: Lleno de “No hay billetes”. Doña Elena de Borbón, acompañada de sus hijos, presenció el festejo desde un palco del callejón.

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