SEMANA GRANDE

Vibrante López Simón, último triunfador en Illumbe

Dos orejas para el madrileño, que emociona frente al mejor toro de una deslucida corrida de Juan Pedro
Íñigo Crespo
martes 16 de agosto de 2016

Faena intensa del de Barajas, rubricada de una gran estocada en el centro del ruedo. Manzanares, un trofeo tras una faena enjundiosa a un manejable ejemplar. Ponce se estrella ante un pésimo lote.

FOTOS DE ANDRÉ VIARD DEL FESTEJO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

Fotos: ANDRÉ VIARD

El juampedro que abrió plaza fue devuelto por poca fuerza, saliendo en su lugar un sobrero del mismo hierro de mucha nobleza y endeble condición. Toro deslucido. Enrique Ponce le aplicó temple, mimo y una caligráfica ciencia. Le tapó defectos en lo que fue un manejo exquisito. Tras cambiar la espada, el animal se partió su mano derecha y no hubo otra opción que estoquearlo con prontitud.

Se estrelló Ponce con el deslucido cuarto, un toro aplomado y descastado que careció de celo y no permitió lucimiento alguno. Puso afán Ponce, que tuvo que abreviar ante la falta de opciones y de antagonista. Silencio tras aviso.

José María Manzanares entendió muy bien la embestida del segundo de Juan Pedro, un toro de buena condición pero muy en el filo de la raza, al que supo torear con esmero y reposo. Nunca se rebosó el animal pero el alicantino acertó a imprimir elegancia y templanza a una faena cargada de gotas de gran naturalidad. Concluyó con manoletinas y una soberbia estocada. Más torero que toro. Ovación con saludos.

Se lució Manzanares con el capote frente al quinto, con abundantes lances. Brillante el alicantino: verónicas de salida rematadas con medias, un galleo por chicuelinas personalísimas que comenzaron con una larga de pie; le respondió por tafalleras López Simón en su quite. El toro, sin acabar de romper nunca, tuvo más cuerda que los anteriores y Manzanares supo afianzar su embestida y templarle para administrarle hasta que a base de no quitarle la muleta de la cara y tirar de él, lograr componer una faena bella y enjundiosa. Supo marcar los tiempos y ligar con sutileza. Todo a favor del animal, al que toreó con empaque sobre el pitón derecho en dos tandas notables. Inteligente y torero, tumbó al toro de media estocada. Oreja.

El tercer toro no tuvo clase ni fuerza. Muy dócil pero sin fondo alguno. López Simón se justificó con un trasteo largo y de notable empeño, manteniendo al animal en la media altura pero sin poder elevar la temperatura de una labor insulsa por la deslucida embestida del toro. Estocada desprendida. Silencio.

López Simón puso fibra frente al sexto, un toro de buena condición y franqueza al que toreó con entereza sobre ambas manos. Se reunió bien con su oponente y emocionó con una faena que tuvo ritmo y ligazón. Sin dar tregua al animal, el madrileño cosió los muletazos sobre las dos manos y cuando perdió fuelle el toro, sacó recursos para meterse en su terreno y exprimirle con circulares. Cuadró al toro en los medios para abrochar su labor con una buena estocada en el mismo platillo de Illumbe. Faena de gran intensidad que llegó mucho al publico. Dos orejas.

San Sebastián, martes 16 de agosto de 2016. Toros de Juan Pedro Domecq, devuelto el 1º por blandear, siendo sustituido por un sobrero del mismo hierro. Correctos de presencia, nobles pero bajos de raza y de fuerza. Deslucidos los cuatro primeros. Manejable el 5º. Bueno el 6º. Enrique Ponce, silencio y silencio tras aviso; José María Manzanares, ovación con saludos y oreja; y López Simón, silencio y dos orejas. Entrada: Lleno de “No hay billetes”. Rafael Rosa saludó tras banderillear al quinto.

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