MADRID

Actitud de la terna ante una deslucida novillada de El Risco

Mario Diéguez, Sebastián Cáqueza y David Martín, que saludó una ovación, por encima de seis utreros faltos de fuerzas y clase
Javier López
domingo 28 de agosto de 2016

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE PALOMA AGUILAR

Fotos: PALOMA AGUILAR

No empezó bien el último festejo del mes de agosto en Las Ventas con un primer novillo de El Risco indecente para una plaza de la categoría de Madrid: cariavacado, sin remate y tapándose únicamente por la cara; aunque lo peor fue su manifiesta invalidez. No se explica cómo pudo el usía mantenerlo en el ruedo. Flaco favor le hicieron a Mario Diéguez que nada pudo hacer con un animal tambaleante que, a la más mínima, perdía las manos. Una pena. El cuarto fue el más descarado de cara de todo el envío, muy astifino, aunque como sus hermanos, tampoco anduvo sobrado de fuerzas, lo que hizo que se moviera en la muleta en actitud defensiva, sin humillar y pegando tornillazos a diestro y siniestro. Diéguez se mostró muy tesonero y quiso mucho en todo momento, mas fue imposible sacar nada en claro de tan incómodo oponente por mucho que insistió el de Coria del Río.

El primero de Sebastián Cáqueza tampoco anduvo sobrado de fuerzas, parándose y marcando la querencia en banderillas. Embistió muy a regañadientes, quedándose corto en la muleta del joven debutante colombiano, que se mostró muy voluntarioso y templado en una labor de escaso eco en los tendidos. En el quinto llegó otro nuevo despropósito presidencial. El novillo, el de más presencia de todo el sexteto, sin embargo, fue otro inválido que no podía ni con la divisa. El palco, al igual que hiciera con el primero de Mario Diéguez, miró para otro lado y decidió mantenerlo en el ruedo. Los tendidos echaban humo mientras Cáqueza trababa de conducirlo con temple y reposo a media altura por el derecho. Pero ni así logró mantenerlo en pie, por lo que la faena no pudo pasar de simple proyecto.

El otro debutante en la tarde, el sevillano David Martín, se las vio en primer lugar con un novillo de más movilidad que sus hermanos, aunque tuvo también todos los defectos del mundo. No tuvo clase alguno el de El Risco, que se movió sin humillar, muy informal, venciéndose y quedándose corto. Bastante hizo Martín, todo voluntad, con resolver la papeleta de la manera más digna posible. El que cerró plaza tampoco podía ni con su sombra, otro novillo claudicante y de lo más deslucido, porque, además, fue orientándose a media que transcurría su lidia. David Martín hizo un esfuerzo de lo más ingrato, pues apenas le tuvieron en cuenta. Estuvo todo el rato en el filo de la navaja el sevillano, que fue volteado sin consecuencias aparentes en las postrimerías de su labor.

Madrid, domingo 28 de agosto de 2016. Novillos de El Risco, muy desiguales de presentación, sin fuerzas ni clase, de juego muy deslucido en conjunto, sobre todo los inválidos primero y quinto, que el presidente decidió mantener injustificadamente en el ruedo. Mario Diéguez, silencio y silencio tras aviso; Sebastián Cáqueza, silencio tras aviso y silencio; David Martín, silencio tras aviso y ovación con saludos. Entrada: Menos de un cuarto.

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