Sabe que es lento y duro, pero que los resultados llegarán. Miguel Reta ha convertido su pasión en la entrega a una causa, a una lucha por recuperar para la lidia la Casta Navarra. Un patrimonio genético exclusivo y único, abandonado durante décadas para la lidia y focalizado únicamente hacia el festejo popular. El próximo año se cumplirán dos décadas desde que este navarro de cincuenta años comenzó a depurar y seleccionar lo más puro de esta raza con el objetivo de devolver a este encaste a las corridas de toros. Trabajo milimétrico con dos metas: la recuperación morfológica y de comportamiento. Una historia de fidelidad sin límites. Un convencimiento.
– “En 1997 llegaron tres ganaderos de Castellón a comprar animales a la finca de Nicolás Aranda. Aquello me chocó y por eso empezó todo. No entendía cómo un patrimonio genético de los navarros tenía que irse fuera”
– “Aprobamos los animales más suaves dentro de un animal muy duro, que se define muy pronto y desarrolla sentido”
– “Aficionados de Orthez, Vic o Ceret nos han pedido toros pero de momento no hemos dado el paso. Lo daremos probablemente en dos o tres años. Lidiamos en algún bolsín de la zona. Lo demás, en casa”
– “Este encaste es muy chico y terciado, todo lo contrario de lo que se exige en las plazas. Es un animal muy pegado a la tierra, muy rústico en su presencia, con ese toque aleonado y carifosco”
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