El Palco

Medalla de Oro al toreo

Rafael Comino Delgado
sábado 24 de diciembre de 2016

Este año la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes ha recaído en Julián López “El Juli”, creo que con todo merecimiento pues desde que era un niño, casi un párvulo, está honrando y enalteciendo la fiesta de los toros con todas sus aportaciones, que aun siendo tan joven ya han sido muchas.

Este año la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes ha recaído en Julián López “El Juli”, creo que con todo merecimiento pues desde que era un niño, casi un párvulo, está honrando y enalteciendo la fiesta de los toros con todas sus aportaciones, que aun siendo tan joven ya han sido muchas. Por tanto, mi más sincera enhorabuena.

Ahora bien, hecha esta introducción, he de decir con toda claridad: “Me parece una vergüenza que a estas alturas Juan Serrano “Finito de Córdoba” no tenga dicha Medalla”. Y que ello es sólo una expresión más de la total parcialidad, incompetencia y arbitrariedad que el ministerio del Cultura sigue en este tema desde hace muchos años. Repito, “es una vergüenza”, y los responsables de esta conducta deberían, al menos, sonrojarse si es que tienen capacidad para ello, cosa que dudo, cuando recapaciten a solas sobre su vergonzoso proceder. Juan Serrano es el torero de más calidad que yo he visto, y estoy viendo toros desde 1950, un torero de corte clásico, puro y que expresa con su toreo el arte taurino en su más amplia y pura dimensión.

Hace unos años le concedieron, en Valladolid, un trofeo titulado “Toreo Puro, Puro arte”, que creo que expresa exactamente lo que es Finito en el toreo. Toreros con el arte, la calidad, el duende, el clasicismo y la pureza que tiene Finito nacen muy pocos, y en toda la historia hay muy pocos. A todo ello debe añadirse que este año se han cumplido sus bodas de plata como matador de toros. El ministerio de Cultura ha ignorado todo ello en Finito, como lo hizo con otros toreros en el pasado. De hecho, concedió algunas medallas por la presión de los medios y de la afición, pero lo hicieron demasiado tarde, como fue el caso de Pepín Martín Vázquez, lo cual demuestra su total ineptitud.

En mi opinión, el ministerio de Cultura en este tema se ha perdido el respeto a sí mismo y eso es lo último que uno puede perder. Ya no se puede caer más bajo, no cabe más indignidad; de hecho Gandhi dijo con toda razón: “No puedo concebir una mayor pérdida que la pérdida del respeto hacia uno mismo”.

Concluyo felicitando de nuevo al Juli porque se merece la medalla, y diciéndole a Finito que aunque no la tenga materialmente, en el corazón, en el alma, en la mente de los buenos aficionados y, sobre todo, por méritos la tiene desde hace muchos años.

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