Allá en La China… de Tarifa (CAPÍTULO I)
Continuamos Allá en la China. Estábamos en aquello de que el toro devuelto no se cobra. Por contrato. Fórmula de lo más contundente para proclamar al mundo que la famosa flojera de los toros de La Palmosilla, una pena decían todos, está superada. Tanto que a Javier no le ha importado mantener la cláusula en los nuevos contratos. La solución no fue fácil. La encontró a base de músculo como él dice para referirse a la cartera. Cartera y constancia. Peleó en busca de las soluciones y las encontró. Era una cuestión multifactorial, me explica en términos coloquiales, no se caían por esto o por aquello sino por todo, y puso los medios necesarios para rebuscar en todos los rincones que pudiesen influir. En el control de los piensos, en la calidad del agua, en el manejo… y para adelantarse a los problemas me cuenta que apostaron por la prevención en los temas sanitarios. La acción reacción tradicional era insuficiente, suponía ir detrás de los problemas, y decidieron adelantarse, salirles al paso. La estrategia, de lo más avanzada, incluye el sacrificio a puerta cerrada todos los años de varios toros que hayan tenido el mismo trato que los que se van a lidiar, lo cual permite un adelanto del estado de la camada, tener datos fiables del grupo y sacar muestras para los veterinarios.
Un pienso que consigue que la grasa no sea periférica sino intramuscular, como la del cochino ibérico, para que la absorción de energía sea más rápida y se acorte la pájara que se produce en el toro coincidiendo con la salida del caballo
Una de las acciones más brillantes que permitió ese plan fue el desarrollo de una vacuna propia, me va relatando Javier, para neutralizar una bacteria que se había desarrollado por determinadas condiciones medioambientales y les atacaba a los pulmones: “Ese fue el motivo del disgusto que nos llevamos en aquella corrida de Madrid de 2014”.
La composición de los piensos ha sido otro punto de ataque y mejora. De la actual fórmula dice que ha desparecido prácticamente el maíz, que ya apenas aparece en una proporción del cuatro por ciento. Ahora están trabajando con una empresa llamada Superfeed para desarrollar un pienso que consiga que la grasa no sea periférica sino intramuscular como la del cochino ibérico, de tal forma que la absorción de energía por parte del músculo cuando necesite recurrir a las reservas sea mucho más rápida y se acorte la pájara que se produce en el toro coincidiendo con la salida del caballo. “Se está trabajando poco tiempo en ello pero las pruebas son muy esperanzadoras… Tú has visto la diferencia entre las vacas de pienso y las vacas de heno. La primera corrida que se va a lidiar con ese pienso es la de Vistalegre”.
Otra de las conclusiones de los estudios ha sido la reducción del peso. Se acabó tener los toros gordos desde la temporada anterior como estaban haciendo. “Les hemos bajado una media de cincuenta kilos”. Todo se precipitó a partir de una corrida de Burgos donde echaron tres toros para atrás aunque el propio Javier reconoce que pudieron echar los seis. Así que no sólo les bajaron las raciones sino que les aplicaron un cambio radical en el ejercicio, de tal manera que pasaron de pasearles despacio y templado a darles caña: “De vuelta al campo, imagina la tristeza de aquel viaje, empezamos a apretar los toros en la carrera, se acabó el pasearlos, entendimos que había que hacerles sufrir, lo hicimos y al momento estaban con la boca abierta y embrocándose, resistiéndose”. Los efectos fueron inmediatos, sigue comentando Javier que asegura que las corridas de ese mismo verano en San Roque y en Melilla se movieron mucho y con carácter incluso después de darles tela en el caballo. “Desde entonces no nos han echado ningún toro para atrás”, y aprovecha para soltar unos datos nuevos, por ejemplo, que en la temporada 2015 devolvieron cinco toros desde el ruedo y en la temporada 2016 ninguno. Logro del que se muestra especialmente satisfecho.
-Que te peguen un palo en la plaza es muy duro. Los últimos datos son muy alentadores. No hay ninguna alteración en los análisis. Estamos dentro de la fiabilidad máxima que permite el toro de lidia. Sabemos que nuestros toros van a aguantar la pelea al margen de la calidad que pueda sacar, que siempre será un misterio.
Mientras nos lo cuenta paseamos los cercados de los toros. Una camada pareja de toros guapos, bonitos, de los que enamoran a… los toreros. El tipo ha cambiado mucho en veinte años, desde los comienzos en que primaban, comenta, las hechuras un punto bastas de la línea de Gamberro y Decidor. “Ha costado trabajo pero hemos conseguido afinar el toro de casa. Aparte de la selección de sementales ha influido bastante la finca, ya acordamos que en esta zona por razones medioambientales se da un toro más fino”.
La exitosa fusión Domecq/Osborne forma la mayor parte de la ganadería aunque todavía conserva ejemplares puros de las dos líneas y asegura que sigue con la ilusión de sacar sementales puros de Osborne para poder cruzar de nuevo teniendo en cuenta que “Osborne refresca una barbaridad, aporta vigor, finura e incluso clase natural”.
-¿Clase natural?
-Sí, porque la profundidad en las embestidas es más de Domecq y la clase de Osborne.
En el tentadero de la tarde participó López Simón en busca de nuevos registros que en realidad son los de siempre, los de la improvisación, la pausa, el argumento, el dominio… y estuvo David Salvador que llegaba de la mano de Leandro, así que no podían extrañar las maneras de torero bueno que exhibió. El ganadero insistió repetidamente en que les bajasen la mano a las becerras, ¡no la alivies, bájale la mano! era la única recomendación a los toreros. “No desdeño lo que las becerras hagan en el caballo, al contrario, pero una vez visto cómo van y cómo lo hacen, prefiero que les zumben en la muleta, que les apuren al máximo y a ver…”.
-¿Entre nobleza y bravura?
-Van relacionadas, pero bravura.
-Pues eso va contra la imagen que hay de La Palmosilla.
-Porque nos pusieron el sello, bendito sello, de ganadería de calidad pero la nuestra es una ganadería brava. Pocos toros nuestros habrás visto que le den una patada al caballo o se aflijan en la muleta. Más que bravura o nobleza nosotros buscamos humillación y la humillación finalmente es una mezcla de todo. Sobre todo de bravura y de fijeza que es otra cualidad clave, sin fijeza nada vale.
“No desdeño lo que las becerras hagan en el caballo, al contrario, pero una vez visto cómo van y cómo lo hacen, prefiero que les zumben en la muleta, que les apuren al máximo y a ver”
En el tiempo de La Palmosilla, veinte años ya, los sementales clave, dice Javier, han sido un 36-Estornino de la que derivó una línea de sementales que son claves en la actualidad como el 42-Cuentacosas o el 98-Amistoso, y un superclase, el 20-Gandano, que padreó hasta el año pasado y viene de una línea de Jandilla, de Mochuelo y una vaca Gandana que curiosamente, recuerda, se acalambró en el tentadero y no se pudo ver aunque por intuición la dejó su padre. “Ahora mismo todos los toros de la casa tienen reflejo de Estornino y Gandano, esos son los pilares básicos de la ganadería”.
La jornada la rematamos en el salón de la casa. Presiden dos cabezas serias y bien armadas, los dos primeros toros a los que les cortaron las orejas en plazas de primera. Se lidiaron en Córdoba en 2009. Son Conilito, jabonero, de la familia de los Tarifeños de Osborne e Independiente, negro, de la familia de las Nacionalistas, Independentistas, Solitarias, Soberbias, Orgullosas, Arrinconadas, Arrumbaditas, Enconadas…
-Escuchando la retahíla de nombres de la familia los entiendo como una interpretación psicológica del gran problema nacionalista del país. Será una figuración mía, pero se parece una barbaridad. ¿O no?… Nacionalistas, Independentistas, Solitarias, Soberbias, Orgullosas, Arrinconadas, Arrumbaditas, Enconadas…
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