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Miedo

Carlos Ruiz Villasuso
jueves 16 de febrero de 2017

Miro las cosas que hice, las que hago, las que hizo Gibert, las cosas que hacen los paisanos de Pedro. Y leo eso de “de momento nada”. Y me digo: ¿De qué tiene miedo? ¿De pasar hambre? No. ¿De que su familia no tenga con qué vivir? No. Tiene miedo de ser menos rico, menos catalán, menos lo que es.

Me he preguntado estos días cuánto de injusto puedo estar siendo con Pedro Balañá Forts. Tiene hijos, supongo, como yo. Familia, amigos. Un pasado, un presente y un futuro. Tendrá recuerdos, cagará por el mismo lugar que yo lo hago (cada uno por el lugar suyo, claro), le gustará el cine, como a mí, le gustaba el boxeo, como a mí. No recuerdo que leyera tanto, pero le gustaba cierta música. De toros era aficionado regular, mediano. Creo que en eso le superaba y él me daba un baño en números. Ahí lo bordaba… pero, con todo y con esto, me pregunto si no estoy siendo injusto con él.

Balañá nació con sonajero de plata. El mío no es que no fuera de plata, simplemente no era. Padre y familia rica. Le tenían preparado una especie de emporio dentro de una posición social de burguesía liberal catalana que se hizo rica cantando el Cara al Sol y ahora piden independencia. A mí me tenían preparado un hogar que duró poco, me movieron pronto de donde nací y sobre el dinero no me dijeron nada. Hablar de dinero era hablar de lo que se ponía entre loncha y loncha de pan. En eso, Pedro y Carlos fueron muy diferentes. Eso no quita para que siga preguntándome si estoy siendo injusto con él.

Yo no paso hambre. Él tampoco. Puedo elegir qué comer y él más. Mi capital cabe en la maceta de un geranio y el de él, dicen, necesita hectáreas para enterrarlo. Gran parte de ese dinero viene de las corridas de toros. De mí dicen que en otro tipo de periodismo habría ganado mucho más. No me quejo. De lo que me quejo es que si quiero publicar lo que dicen que hago bien, he de callar que soy aficionado a los toros. Mi literatura, si es que la tengo, pasa por no ser del toro. Tardé casi cuatro años en publicar lo que decían que era bueno. Él no ha tardado nada en abjurar de lo que le dio sonajero de plata y una herencia. Yo busco el pan de cada día. Él tiene una o cien panificadoras. Pero quizás estoy siendo injusto con él.

Cuando llegó el aullido del lobo prohibicionista, ideó una estrategia que pasaba por no molestar a la clase política catalana. A los que le permitían crecer en bisnes con cine y teatro. Creó una plataforma para taparse tras ella, la inscribió en Madrid y la gente le creyó. Hubo unos años que la plaza Monumental era una vergüenza con aspiraciones a mierda, arrendada a Manolo Martín y/o a Matilla, un cortijo aislado, la primera plaza en adoptar a los toreros de la agencia de colocación de toreros. Pero como Cataluña estaba amenazada, consentíamos. No iba ni Dios a la plaza ¿por qué iban a ir? Pero poníamos en la información, media plaza, tres cuartos, creyendo que beneficiábamos al toreo en Cataluña. Cuando ya estaba vendido. Pero, aun así, no sé si soy injusto con él.

Elegido bando, la plaza al albur de la casa Matilla, convenciendo a José Tomás de que podía ser el revulsivo salvador en algo que cantamos como día heroico y sólo fue el último gran pelotazo económico, una vez cerrada, desapareció. Supongo que sigue ganando dinero del toreo a través de sus compañeros de siempre, la casa Matilla. Nadie ha desmentido si sigue ganando dinero en Palma o en Jerez. En esa empresa, relación incógnita nada se sabe, porque todo es “estrategia”. La que incluso llegó a influenciar en la Fundación del Toro de Lidia, de tal manera que entre la Plataforma y la Fundación cada vez hay mas coincidencias. Pero, podría creer que estoy siendo injusto con Forts.

Ahí, en esa Barcelona tan jodida, en esa Cataluña tan estropeada… Y entonces miro a mi alrededor. Las cosas que hice, las que hago, las que hizo Gibert, las cosas que hacen los paisanos de Pedro. Y leo eso de “de momento nada”. Y me digo: ¿Injusto? ¿De qué tiene miedo? ¿De pasar hambre? No. ¿De que su familia no tenga con qué vivir? No. ¿De que no le publiquen literatura por ser taurino? No. Tiene miedo de ser menos rico, menos catalán, menos lo que es. Hay que ser muy valiente para renunciar a un sentimiento con el fin de proteger el pan de los tuyos. Hay que ser muy cobarde para renegar del toreo protegiendo sólo el incremento de tu riqueza.

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