La revolera

Morante y sanseacabó

Paco Mora
martes 02 de mayo de 2017

A Morante le soplaron las musas en el cuarto y sacó agua de donde todos creíamos que no había ni una gota. “El brujo de La Puebla” echó a pasear su graciosa naturalidad torera plena de temple, armonía y sabiduría… Y ¿por qué no decirlo?, de valor de ley.

Toros zancudos, bastos y caballunos de los Matilla a los que hubo que extraerles los pases con sacacorchos. Pegados al piso, sin calidad ni clase, algunos más que embestir topaban. Tres toreros muy distintos como Morante, Perera y Jiménez bien podrían haber imitado a Felipe II cuando su Armada Invencible fue víctima del mar embravecido, más que de la Marina inglesa, y despedirse esta tarde de La Maestranza diciendo: “Yo no mandé a mis barcos a luchar contra los elementos”. La tarde ha tenido su aquel…

La banda de música ha ido por su cuenta y sus componentes, más que para amenizar el espectáculo, parecía que estaban allí disfrazados de músicos para ver los toros de balde. En las dos ocasiones que debieron soplar sus instrumentos, en el primero de Jiménez y el segundo de Morante, se llamaron andana e hicieron un amago de “pitorreo” cuando ya habían terminado las faenas. Merecían que alguien les hubiera dicho como me decía mi abuelo (QEPD) cuando interrumpía con mi flauta de caña su diaria cabezada sestera: “Anda niño, échale mierda al pito”.

Suerte que a Morante le soplaron las musas en el cuarto y sacó agua de donde todos creíamos que no había ni una gota. “El brujo de La Puebla” echó a pasear su graciosa naturalidad torera plena de temple, armonía y sabiduría… Y ¿por qué no decirlo?, de valor de ley, de ese que es tan de verdad que apenas se nota, y nos alegró las pajaritas del alma con una inspirada faena de auténtico oro con incrustaciones de diamantes tallados en Ámsterdam. ¡Qué importaba ya que los Matilla, además de empresarios, apoderados y ganaderos, tocaran el bombo en la procesión! ¡Qué más daba que no lo tocaran en la plaza quienes cobraban para eso! Morante estaba toreando. El toreo todavía vive y la anodina tarde de este Día de la Independencia y Fiesta del Trabajo del año 2017 se recordará por el perfume a romero, alábega y ajonjolí que derramó la soberana gracia de José Antonio Morante de La Puebla en La Maestranza de Sevilla. Bendito sea Dios que permite tanta belleza.

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