El impacto de su paso por Valencia en la Feria de Julio ha supuesto una vuelta de tuerca en la carrera de Paco Ureña. A su consabido concepto de pureza, a su capacidad de sentir y transmitir emociones a flor de piel delante de la cara de los toros, se une una desconocida, hasta el momento, versión épica sólo posible en quien sustenta sus cimientos taurinos sobre una sólida base de valor. Puntuando y triunfando casi todas las tardes, siendo fiel a un concepto y con un techo aún muy lejano, el crecimiento del lorquino como torero es una evidencia que le convierte, a día de hoy, en uno de los toreros más apetecibles para el aficionado.
– “Uno siempre quiere más, pero las expectativas que me marqué cuando decidí ser torero se están cumpliendo con creces”
– “Intentar expresar el toreo como lo siento conlleva muchas imperfecciones, que también son las que hacen grande mi concepto”
– “No sé el valor que tendré o no tendré. Lo que sí tengo es un compromiso conmigo mismo y con el toro que para mí va más allá de todo”
– “A veces he sentido la impotencia de llegar al hotel vacío por haberme entregado en cuerpo y alma y no haber obtenido recompensa”
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