“Hay una línea en el toreo que delimita quién es figura y quién no. Hay terrenos en el toreo que exclusivamente son capaces de pisar las figuras del toreo. Los demás, quieren pisarlos pero no pueden”. Esta es alguna de las afirmaciones que dejó este viernes Diego Ventura en un abarrotado teatro de Guadalajara donde reunió a más de 300 jóvenes. Triunfo del genio de La Puebla que cautivó al público por su mensaje directo y sincero. “Me siento competidor de mi propia carrera. Mi rejoneo ha llegado a un punto en el que he conseguido que cada faena sea distinta a la anterior y diferente a la siguiente. En eso consiste la imprevisibilidad del arte”, admitió.
Diego Ventura explicó además, que “la pureza es entrega y es verdad” y apuntó que su tauromaquia se basa en “dar todo cada día, en buscar ese punto de más entrega y de más capacidad. Llegar hasta donde nadie es capaz de llegar” y reflexionó sobre aspectos más espirituales de la creación artistica: “En el toreo la mente debe estar muy abierta para entender que la pureza es riesgo y asumir compromisos frente al toro y frente al público”. De esa línea que marca la frontera entre los grandes y los demás, Ventura aseguró: “En mi caso la piso y la paso porque de lo contrario no sería Diego Ventura”.
Los más de tres centenares de jóvenes le preguntaron por su cuadra y Ventura no dudó en revelar secretos y claves de la preparación de sus caballos. “La cuadra quiero que tenga el carácter mío y que tenga muchas cosas mías pero cada caballo debe conservar su personalidad” y reveló una cuestión importante: “Jamás me he planteado modificar y cambiar la propia voluntad de un caballo porque estaría prostituyendo mi carrera, mi carácter y el del propio caballo”.
