ANUNCIADO EN LA MAESTRANZA

Aquilino Girón: “El de Sevilla es el día de mi vida”

Este jueves Aquilino Girón asumirá la cita más importante a la que se ha enfrentado desde su debut con caballos en 2015. El granadino hará el paseíllo en la Maestranza sevillana en el certamen de novilladas nocturnas y es consciente de que ese día puede marcar su devenir. Conocedor de la cara más amarga de la profesión, el de Baza quiere salir de la situación en la que se encuentra y demostrar que atesora cualidades de sobra para que su agenda comience a llenarse de compromisos. La suerte está echada.
Rocío Fernández
miércoles 20 de junio de 2018

Con 16 años dejó su Baza natal para emprender un camino en solitario, el camino que marcaría realmente su destino aunque no contara en un principio con el apoyo de los suyos. “No me tomaron muy en serio cuando siendo un crío dije en casa que quería ser torero. Pensaban que era un capricho y que se me pasaría con el tiempo pero no fue así”, recuerda Aquilino Girón cuando se le pregunta por sus inicios. “Siempre me gustaron los toros y con un banderillero de mi pueblo empecé a entrenar, a coger los trastos hasta que un día, cuando terminé la ESO, decidí ingresar en la Fundación de El Juli. Me fui sin el permiso de mi padre, pero sabía que con el tiempo lo entendería”. Aquellos años los recuerda el granadino con cariño pero también reconoce que fue una experiencia personal que no resultó fácil. “Era la primera vez que salía de casa, no sabía cocinar, poner una lavadora, planchar… no sabía hacer nada de nada. En realidad fue como hacer la mili”, asegura entre risas.

“Llevo dos meses sin pegar ojo porque la Maestranza es el escaparate que yo necesito. Me lo juego todo a dos toros”

Tras tres años en la Fundación decide emprender de nuevo otro rumbo y se traslada a la Escuela de Écija. “En Andalucía estaban las novilladas sin picadores de Canal Sur y a través de la escuela tenía la posibilidad de poder torearlas, así que no me lo pensé y me trasladé. Hice bien porque me presenté al certamen y llegué a la final. Sin caballos llegué a torear veintiún festejos”.

Fue en el 2015 cuando Aquilino cambia de escalafón y debuta con picadores. “Lo hice en mi pueblo cortando cuatro orejas pero a partir de ahí se produjo un estancamiento”. No fue hasta un año y un mes después cuando volviera a vestir el chispeante. “Esos son los momentos duros de verdad de la profesión, lo que ocurre es que te aferras a muchos ejemplos de otros toreros que se han quedado parados y luego cogen de nuevo el vuelo. Si no tuviera la ilusión que tengo por querer ser torero y vivir en torero hubiese tirado la toalla, pero no es así. Aguanto, aguanto, persisto lo que haga falta porque sé lo que quiero y sé que lo puedo conseguir. La preparación mental es fundamental sobre todo para los toreros que toreamos tan poco y en ese sentido la tengo a prueba de bombas”.

Este jueves se le presenta a Aquilino una de las oportunidades más importantes con las que se ha encontrado en estos años, ya que participará en las novilladas nocturnas de Sevilla. “Sevilla es importantísimo, llevo dos meses sin pegar ojo porque es el escaparate que yo necesito. Es verdad que te lo juegas todo a un día, a dos toros y que son muchas las condiciones que se tienen que reunir para que salgan las cosas rodadas, pero confío en que sea así”, admite, y añade: “El cartel es el mejor porque es el mío –ríe-. La ganadería de Pablo Romero es una ganadería legendaria que ya el año pasado echó algún toro que sirvió bastante, espero que la novillada embista y que por lo menos tenga un toro que me sirva”.

“No le tengo miedo a la plaza, ni a los toros, el miedo que existe es a que pase el día y no pase nada y que siga en la misma situación”

Sabe que es la fecha clave, de hecho es la plaza más importante que habrá pisado hasta ahora, pero también sabe que no va a defraudar. “Se va a ver un chaval dispuesto, entregado y con muchas ganas. Sevilla es el sueño de todos los toreros, tan sólo espero que no me pueda la responsabilidad. En realidad no le tengo miedo a la plaza, ni a los toros, el miedo que existe es a que pase el día y no pase nada, que siga en la misma situación en la que me encuentro. Desde luego por mí no va a quedar. Voy a darlo todo en el día de mi vida”.

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