La revolera

Curro Díaz, faena para la historia

Paco Mora
sábado 14 de julio de 2018

Con esa naturalidad innata de los toreros que han dejado huella en la Tauromaquia, Curro Díaz ha esculpido esta tarde del 14 de julio de 2018 una faena inolvidable en la plaza de toros de Manzanares. Tuvo la obra del torero de Linares tal empaque, temple, enjundia, gracia toreadora y verdad que es muy probable que el coso ciudadrealeño sea recordado desde hoy, además de por la cornada que le costó la vida a aquel de quien escribiera Federico su “No hubo príncipe en Sevilla que comparársele pueda…”, por la gracia toreadora, la calidad y el arte de un torero en gracia de Dios que se llama Francisco Díaz Flores, Curro Díaz para las páginas de la historia del toreo.

No se puede torear con más mesura, quietud y conocimiento de las reacciones de un toro ni se pueden administrar mejor los tiempos, las distancias y las alturas, así como de las reacciones del cornúpeta que le sirvió de argamasa para confeccionar su obra. Faena justa, precisa sin un muletazo ni un gesto de mas ni de menos. Algo así como las esculturas de Miguel Ángel, a las que no les faltaba ni les sobraba un golpe de cincel. Por eso quedaron para siempre, como quedará la faena de Curro Díaz en Manzanares para todos quienes hemos tenido la suerte de contemplarla. Una obra, la de Curro, que acariciaba los sentidos y le hacía a uno, según se iba desarrollando, sentirse más orgulloso de ser aficionado a este grandioso arte del toreo.

INJUSTICIA PARA RUBEN PINAR

Como he ido zapeando de Movistar–Plus a Castilla-La Mancha Televisión, para saber cómo se les daba la tarde a dos toreros que me interesaban, también he sido testigo, como muchos miles de aficionados, de la injusticia que ha perpetrado el poncio de la chistera en Pamplona con el torero de Santiago de Mora (Tobarra) Rubén Pinar. Ha estado toda la tarde Rubén en torero capaz y poderoso, ante dos galafates de Miura y especialmente en el segundo –quinto de la corrida- que tenía más peligro que una víbora en un bidé, lo ha lidiado con capote y muleta tratándolo como si hubiera sido un zalduendito de pitiminí. Lo ha matado de un estoconazo hasta la bola y se le ha pedido la oreja con fuerza sin que el poncio en cuestión se diera por enterado. Gran feria la de San Fermín. La plaza de bote en bote cada día. Todo lo que es organización, inmejorable. El público, a su estilo, alegre y festivo como siempre pero más atento y respetuoso con los toreros que en otras ocasiones. La Feria solo ha tenido un lunar; el palco, donde es natural que los achisterados concejales no sepan poner en valor lo que hacen los toreros, sino son aficionados. Al fin y al cabo se han ido alternando cada tarde los de los distintos partidos que componen el Ayuntamiento. Pero, y el asesor, que según me aseguran quienes lo saben a ciencia cierta, es un aficionado entendido en la materia, ¿qué pito toca en el palco? Claro que si el alcalde es capaz de afirmar la memez de que hay que suspender las corridas de toros y mantener los encierros… ¡Todo es posible en Pamplona!

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando