Fotos: ANDRÉ VIARD
Una corrida de Garcigrande y Domingo Hernández noble pero a la que le faltó empuje condicionó el primer festejo de la feria de Mont de Marsan. Juan Bautista cortó la única oreja en una tarde en la que El Juli cuajó una buena faena ante el quinto.
El Juli fue aplaudido tras estoquear al primero de la tarde, un toro con el hierro de Garcigrande que si bien se movió con cierta alegría en los primeros compases, evidenció poca fuerza. Entró en dos ocasiones al caballo antes de que Juan Bautista le recetara un quite por delantales al que dio réplica el madrileño por chicuelinas. La faena de Julián, ante un toro noble y obediente pero soso, fue una demostración de capacidad y técnica. El madrileño, especialmente con la zurda y en varias series, corrió bien la mano, con empaque y llevando templada y toreada la embestida del toro. El Juli remató su actuación de una estocada caída.
El segundo de su lote, también de Garcigrande, salió con alegría de toriles y fue recibido con verónicas y una media por el madrileño. Inédito en el caballo, el toro desarrolló nobleza en el último tercio pero acabó por venirse a menos muy pronto. El Juli, sobre ambas manos, intentó llevarlo largo y templado, especialmente en redondo, pero la condición del toro impidió que la faena rompiese. El madrileño anduvo mal con la espada, necesitando de ocho pinchazos y tres descabellos.
El quinto de la tarde, de Domingo Hernández, entró con bravura al caballo, pero al segundo encuentro se partió una mano y tuvo que ser reemplazado por otro toro del mismo hierro. Toreó con buen son El Juli al sobrero con el capote. El de Domingo Hernández también fue bravo en el caballo. El madrileño le realizó una faena con enjundia y personalidad por ambos pitones, toreando con ritmo y temple. Técnicamente perfecto. Siempre haciendo lo que pedía el toro y sin que le tocara la muleta. Por el pitón izquierdo llegaron los mejores momentos, toreando de forma sobresaliente al natural. Final en cercanías, estocada y descabello. Sonó un aviso. El público no terminó de captar la dimensión del madrileño y silenció su actuación.
JUAN BAUTISTA, PRIMERA OREJA DE LA FERIA
El segundo de la tarde, con el hierro de Domingo Hernández, fue un toro noble y con fijeza pero de poca fuerza, que perdió las manos de salida. En banderillas destacó Mathieu Guillon, obligado a saludar. La faena de Juan Bautista estuvo presidida por el abandono y el relajo del toreo del galo. Caído de hombros, Bautista corrió bien la mano sobre ambos pitones ante un toro de buena condición pero falto de empuje. Mató en la suerte de recibir de una estocada caída y paseó la primera oreja de la tarde.
Con cierta endeblez y algo gazapón salió el cuarto, que cumplió en dos entradas al caballo. Se dobló con garbo Bautista en el arranque de una faena que tuvo una primera serie sobre la derecha ligada y otra al natural de buen tono. A partir de ahí, el toro se fue viniendo a menos, necesitando que Bautista le provocara en cada muletazo. Culminó la faena con una estocada caída y habilidosa.
Juan Bautista salió a por la puerta grande en el sexto de la tarde, al que recibió con las dos rodillas en tierra. El de Domingo Hernández acudió con fijeza al caballo, pero pronto demostró su falta de fuerzas, mal que ha adolecido la corrida en conjunto. Juan Bautista lo puso todo de su parte ante un toro noble que pareció también estar lastimado de la mano izquierda. Esfuerzo sin premio del torero de Arles por la falta de codicia del toro. Tampoco estuvo fino con los aceros.
Mont de Marsan (Francia). Miércoles 18 de julio de 2018. Dos toros de Garcigrande (1º y 3º) y cuatro de Domingo Hernández, el quinto se lesionó y en su lugar se lidió un sobrero del mismo hierro. El Juli, palmas, pitos tras aviso y silencio tras aviso; Juan Bautista, oreja, gran ovación con saludos y palmas tras aviso. Entrada: Casi lleno. Saludó en banderillas Mathieu Guillon. Destacó picando Sandoval, que fue ovacionado en el sexto. Al finalizar el paseíllo, el alcalde de la localidad, Charles Dayot, y Guillaume François, presidente de la Comisión Taurina, le entregaron la Medalla de Oro de la ciudad a El Juli, por sus veinte años de alternativa, y a Juan Bautista, tras la memorable faena que realizó el año pasado en la que cortó un rabo.
