ENTREVISTA

Pablo Aguado: “En el toreo de hoy falta personalidad”

En tiempos donde prima lo convencional y los nuevos toreros suelen regirse por un mismo patrón, cobra más valor la personalidad. Un modo de interpretar diferente, distinto, pero clásico al mismo tiempo, que llame la atención y a la vez te distinga de tus iguales. Pablo Aguado es el ejemplo perfecto de esta teoría. Por eso le han bastado dos apariciones en el circuito para reclamar focos... y su cuota de protagonismo en 2019.
José Miguel Arruego
miércoles 14 de noviembre de 2018

-¿Esperaba cuando empezó la temporada acabar con el ambiente tan en alza?

-Sinceramente, no me esperaba que el año se diera como se ha dado, sobre todo porque empezó solamente con la oportunidad de Sevilla. Allí era un poco todo jugársela a cara o cruz.

-Pero se encargó de que saliera cara…

-Salió cara pero, lo que son las cosas, de Sevilla salí cabreado, sobre todo porque pude cortar alguna oreja más a mi lote de Torrestrella, pero después me di cuenta de que la repercusión había sido mayor de lo que me esperaba.

-¿Tuvo más o tuvo menos que la de su confirmación en Madrid luego en Otoño?

-En Madrid me pasó un poco igual. Salí satisfecho, lógicamente, pero no percibí el calado que tuvo, sobre todo la última faena al toro de Victoriano del Río. En esos momentos en caliente no eres consciente, pero después, cuando lo analizas, pues sí te das cuenta de que la tarde tuvo más resonancia de la que uno pensaba.

-¿Qué fue lo más difícil de ambos compromisos?

-Mentalmente han sido muy duras de asumir ambas tardes, sobre todo porque la experiencia y el bagaje con las que las afrontaba eran muy cortos. A Sevilla llegué habiendo toreado una sola corrida de toros, la de mi alternativa, y en Madrid confirmé después de haber sumado cinco paseíllos durante el año. Afrontar esos compromisos sabiendo que te lo juegas todo en esa tarde y que tu bagaje es infinitamente inferior al de tus compañeros es duro, pero se superó.

-Después de lo de Sevilla ¿pensó que iba a torear más?

-Por supuesto que sí. Pensábamos que íbamos a entrar en alguna feria. Yo no me imaginaba que me iba a llevar cuatro meses sin vestirme de torero. Pero lo afronté con mucha paciencia, con mucha tranquilidad, sin remordimiento ni hacia el sistema, ni hacia los empresarios, ni los compañeros ni nada. Lo tomé como parte del camino y como un filtro que te pone el toreo a los que empezamos para ver quién es capaz de aguantar.

“No me esperaba un año así porque solo contaba con la oportunidad de Sevilla. Era jugárselo todo a cara o cruz”

-¿A uno le entran dudas cuando llegan las ferias y las ve sentado en su casa?

-Al contrario. Uno se hace más fuerte. A toro pasado es fácil hablar; fueron cuatro meses mentalmente complicados, de entrenar sin saber cuándo ibas a torear, enterándote de que te dejaban fuera de un sitio… de otro… pero lo que hice fue reivindicarme a mí mismo en las ganas que tenía de tirar para delante, en la afición… fue duro pero ahora doy gracias por ese tiempo.

-¿Siente que los toreros de su corte lo tienen más complicado a la hora de meter la cabeza en los carteles porque el toreo ha ido por otros derroteros?

-Sí. El toreo evoluciona, el público está acostumbrado a ver hoy en día unas tauromaquias más espectaculares; entonces hay pocos aficionados que sepan ver los detalles. Antes había toreros que eran capaces de vivir o echar la temporada con una sola faena, porque el impacto era tal que los aficionados le iban a ver con la esperanza de emocionarse de nuevo y eso ahora ya no sucede. Pero bueno, esto no es ningún tipo de excusa porque aunque mi toreo sea poco ‘efectista’, al final lo bien hecho llega a todo el mundo.

-¿Ese modo de torear se está perdiendo con el paso de los años o por el contrario piensa que ha habido un resurgimiento esta última temporada con triunfos como los de Diego Urdiales, Emilio de Justo o el suyo propio?

-No cabe duda de que hoy en día abundan más otras tauromaquias, y eso ha educado al público en cierto modo. ¿Que hay menos cantidad de toreros de ese palo? Pues puede ser, pero lo que hay, en general, creo yo, es menos personalidad. Lo bueno sería que hubiera muchos toreros y muy heterogéneos entre sí, como ocurría antiguamente, que había mayor distinción entre los conceptos de uno y otro.

-¿Cómo se presentan las cosas para la temporada que viene?

-Si Dios quiere, como se ha hecho público, estaremos en las primeras ferias de temporada, y luego como sabéis, el año lo va marcando esas primeras ferias; lo importante es que tenemos la oportunidad de empezar el año toreando y a partir de ahí ‘partido a partido’, como dicen en otros ámbitos, irnos ganando las demás corridas de toros del resto del año.

De Sevilla a Madrid… por Baeza y Utrera

Sevilla y Madrid capitalizaron la temporada de Pablo Aguado. Pero hubo más. Junto a lo sucedido en La Maestranza y Las Ventas el torero sevillano tiene muy presente “una faena en Baeza muy importante a un toro de Sampedro, pero sobre todo una faena a un toro extraordinario, porque fue extraordinario, de Luis Algarra, en Utrera”. No es mal mal bagaje para media docena de actuaciones.

Fotos: GLEZ. ARJONA

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