ENTREVISTA A JAVIER CORTÉS

“Cinco tardes en Madrid pesan mucho”

"La tarde del 2 de mayo supuso un antes y un después en mi carrera. Se me empezó a valorar mucho más", recuerda el torero madrileño en nuestra edición en papel
José Miguel Arruego
miércoles 19 de diciembre de 2018

No ha sido un año fácil, pero sí gratificante. Primero, porque, comparte, junto a Talavante, el honor de ser el matador que más paseíllos ha hecho en Madrid el presente curso. Y luego por el modo de resolver cada uno de los exámenes ante la cátedra venteña, todo un máster del que Javier Cortés salió curtido en su oficio y con su cartel revalorizado de cara a un 2019 en el que, de nuevo con Las Ventas como punta de lanza, espera asaltar otros feudos para él hasta ahora inexpugnables.

-¿Qué sensaciones le ha dejado la última temporada?

-Estoy contento, primero por el número de festejos, porque, aunque no soy muy de estadísticas, nunca había toreado tantos festejos como matador de toros, y luego porque en varias actuaciones he podido hacer delante del toro cosas que siempre había buscado y había querido hacer.

-Casi la mitad de sus actuaciones fueron en Las Ventas…

-Es algo inexplicable. Cinco tardes en Madrid pesan mucho. Además fueron actuaciones con ganaderías de todo tipo, pero el resultado no ha sido malo; Me hubiera gustado estar en otras ferias y haber toreado mucho más por fuera, pero también eso dice mucho de cómo está el toreo de complicado en estos momentos.

-¿Cuál de todas fue la más importante?

-Sin duda la primera, la del 2 de mayo, porque supuso un antes y un después en mi carrera como torero. Ese día, la gente que no me conocía me conoció, y el aficionado que ya me conocía me empezó a valorar mucho más. A partir de esa tarde yo también he crecido como torero, he evolucionado y me he afianzado mucho.

-Ese día un toro de Joselito le metió en la cama…

-Era algo que podía suceder. Siempre uno corre con ese riesgo, pero era mi primera corrida del año y tenía que pasar algo fuera como fuera. Era una corrida muy seria, pero la fecha era muy importante y tenía claro que de esa tarde dependía mucho el resto de mi temporada. Fue un toro exigente y me acabó hiriendo, pero había que entregarse a Madrid y mereció la pena hacerlo con ese toro. Sin duda.

-¿Cómo tiene las cosas para la temporada 2019?

-Estoy muy ilusionado. Igual que la empresa de Madrid confió en mí, espero que otras empresas importantes de España y Francia puedan contar con mi presencia. Me encantaría porder ir a otras ferias y demostrar la clase de torero que soy.

“La tarde del 2 de mayo en Madrid supuso un antes y un después en mi carrera. Se me empezó a valorar mucho más”

-De novillero perdió varios triunfos sonoros con la espada, ¿Solucionó ya ese “problema”?

-Es cierto, alguna puerta grande me dejé con los aceros cuando era novillero, sobre todo en Madrid. Ahora de matador de toros estoy alcanzando bastante regularidad en ese aspecto. Es algo que tenía pendiente. Con la suerte de haber toreado más toros poco a poco lo voy corrigiendo, incluso voy matando toros como yo quiero, despacito y haciendo la suerte como a mí me gusta.

-¿Teme que le encasillen en el tipo de corridas en las que está ubicado actualmente?

-De momento estoy toreando un tipo de ganaderías que no me lo ponen fácil para desarrollar el toreo que yo quiero hacer, y que yo deseo interpretar. Yo no me niego a matar ningún tipo de ganadería porque también he hecho faenas buenas a toros de ganaderías más exigentes. Hay toros buenos y malos en todas las ganaderías y he tenido la suerte de torear toros muy bien; lo importante es que vaya uno avanzando, que las faenas tengan todo tipo de registros porque eso es lo que yo quiero ser, un torero de muchos registros.

-Cuánto ha cambiado su carrera con respecto a las últimas tres o cuatro temporadas?

-Ha cambiado sustancialmente. Hace unos años estaba en casa y el teléfono no sonaba, no me encerraban ni una vaca en el campo. Este año he pisado plazas grandes, como Madrid, Santander, alguna en Francia… y mate la ganadería que mate, uno va encantado a hacer el paseíllo allí.

Santander y Chinchón, cumbres artísticas

No todo han sido esfuerzos, ni tardes a cara de perro. Hubo tardes donde, a poco que los toros se deslizasen, Javier Cortés evidenció que además de tirar la moneda, sabe correr la mano con expresión y regusto. ¿Ejemplos?: Santander y Chinchón. El propio torero pormenoriza ambos festejos:

“En Santander, ese primer toro de La Quinta me permitió mostrar cómo quiero torear. Hasta ahora no había podido exponer mi concepto como yo quería, pero ese toro de la familia Martínez Conradi me permitió expresarme como yo siento. Esa tarde y el festival de Chinchón, a final de temporada, donde tuve la suerte de acoplarme con un novillo de Antonio Bañuelos, fueron las tardes donde más a gusto me sentí durante el año. Torear un toro así en plazas como Madrid o Sevilla es lo que uno siempre sueña. Ojalá pueda llevarlo a cabo algún día”.

Fotos: ARJONA

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando