HABLANDO EN PLATA

José Antonio Barroso: “Salen muchos toros que no se te pueden escapar”

"La exigencia me la he marcado yo. Para mí y para muchos profesionales mi padre ha sido el picador más importante de su época", asegura
Gonzalo I. Bienvenida
jueves 27 de diciembre de 2018

Es hijo del cuerpo. Se hizo picador con 18 años, a la sombra de un referente como es Alfonso Barroso. Su infancia está colmada de recuerdos camperos y toreros. La formación en las ganaderías de su zona fue fundamental para arrancar directamente en la cumbre del toreo. Con el torero que más tiempo ha estado colocado ha sido con José María Manzanares hijo, pero el que creyó en él desde el principio fue Manzanares padre. Hoy pertenece a la cuadrilla de El Juli.

-¿Cómo vivió el toreo en su niñez?

-Mi familia siempre ha estado muy vinculada al mundo del toro. Me encantaba acompañar a mi padre al campo. Es donde vi qué era lo que más me gustaba. Mi padre fue picador con gran intensidad durante muchos años. Yendo a España y a América. Tengo recuerdos en el campo siendo un niño con Manzanares.

-¿Siempre tuvo claro que quería seguir la saga?

-Quería estudiar una ingeniería. Pero también sentía la llamada del toreo y hablé con mi padre. Me dijo que si quería probrarlo tenía que ser al cien por cien. Dejé de estudiar, me fui con mi tío Pepe a montar caballos de raid. Él había sido novillero y banderillero. Aprendí el oficio desde lo más bajo, desde limpiar cuadras.

-¿Cómo dio el salto a profesional?

-La primera becerra la piqué en casa de Ortega Cano. Estoy muy agradecido a Gonzalo Domecq, que me abrió las puertas de su casa; también a Ruiz Miguel, a José Luis Galloso… En casa de Fermín Bohórquez también tenté mucho, mi padre empezó allí porque mi abuelo era quien preparaba los caballos en esa casa.

“Hay plazas a las que les gusta más ver la suerte de varas que a otras. Hay algunas aficiones que no te dejan ni colocarte”

-¿Su padre ha sido la persona más exigente que ha tenido a su lado?

-La exigencia me la he marcado yo. Para mí y para muchos profesionales mi padre ha sido el picador más importante de su época. Si no iba a ejercer esta profesión de una manera digna no me iba a dedicar a esto. No voy a ser Alfonso Barroso nunca. Pero al menos tenía que estar a un nivel digno y creo que lo he conseguido. Para mí es un apoyo fundamental y una enciclopedia de la que no paro de aprender. Siempre que puede se viene al campo conmigo.

-Qué afición…

-Afición, pundonor, voluntad. Por eso ha sido quien ha sido. Me ayuda a preparar los caballos, a veces se monta para calentarlos e incluso alguna vez me pide que le deje picar una de las becerras del tentadero.

-¿Su primera actuación en público?

-Con Dávila Miura en El Bosque, en un festival en 1995. Surgieron después varias oportunidades pero mi padre dijo que no, que tenía que seguir preparándome. Apunté en una libretita todas las reses que piqué ese año, cerca de quinientas.

“El gran público va a ver a los matadores, pocos se fijan en todos los tercios, pero no se dan cuenta de que hay que hacer las cosas bien desde el tercio de varas para que la faena sea importante”

-¿Con qué toreros ha ido colocado?

-En 1996 me coloqué con Rafaelillo. También me llamaron Manzanares padre, Finito y Ponce para torear corridas en mano a mano. Al año siguiente fui suelto. Después reapareció Manzanares padre y me coloqué con él hasta que se retiró. Después he ido en las cuadrillas de Uceda Leal, Manzanares hijo -dieciséis temporadas- y ahora con El Juli.

-¿Cuál es la clave del un buen tercio de varas?

-Que el caballo obedezca a lo que le pides, que esté bien domado. Es como un piloto de Fórmula 1, si no tiene buen coche… El toro tiene que poner de su parte: que se arranque con alegría y fijeza y que pelee.

-Existe la preocupación de que el primer tercio haya perdido la importancia que merece. ¿Qué opina?

-No creo que haya perdido importancia. Hay un porcentaje alto de toros que no dan la impresión al público de que haya que picarlos bien. Pero a lo largo de la temporada salen muchos a los que hay que picar bien y que no se te pueden ir.

-¿Qué papel juega la afición?

-Hay plazas a las que les gusta más ver la suerte de varas que a otras. Hay algunas aficiones que no te dejan ni colocarte. El gran público va a ver a los matadores, hay pocos aficionados que se fijen en todos los tercios. Pero no se dan cuenta de que hay que hacer las cosas bien desde el tercio de varas para que luego la faena sea importante.

Cuestionario

-¿Su referente a caballo?

-Lógicamente, mi padre, y también he admirado a Juan Mari García y a Paco Atienza. Son mis tres referentes.

-¿Caballo ligero o caballo pesado?

-Tiene que haber un equilibrio entre el caballo con movilidad gracias a su doma pero con constitución para poder con el toro.

-Un toro clave en su carrera.

-En 1996, en el primer mano a mano que toreé en la cuadrilla de Manzanares padre. Tenía 19 años y salieron las cosas bien. Luego ha habido toros importantes en Sevilla y Madrid.

-¿Lucimiento o eficacia?

-Lo tengo clarísimo: eficacia. Pero haciendo las cosas con respeto a la profesión. Me gusta cuando salen las cosas lucidas sin buscarlo.

-La cuadrilla ideal que llevaría si mañana tuviera que torear una corrida de toros.

-Me gustan mucho Juan José Trujillo, Carretero, José María Soler, Álvaro Montes. De tercero llevaría a Julio López o a Araujo. A caballo me gustan Juan Francisco Peña, Espartaco, Salvador Núñez, Chocolate… Hay grandes subalternos en esta época. De otro tiempo escogería a los picadores que he citado antes y a banderilleros como Martín Recio, El Pali, Bojilla… En definitiva, gente buena y con torería.

Fotos: ARJONA

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