ESPECIAL PAMPLONA

El reino de Ruiz Miguel

Jorge Casals
miércoles 04 de julio de 2012

Pamplona adoptó a Ruiz Miguel como propio y éste respondió si cabe con más pundonor del que abanderó siempre. Nunca faltó a su cita con los sanfermines, ni se negó a matar las miuradas. Pamplona, Miura y Ruiz Miguel, una trilogía de grandes que se alimentan entre sí. Muy pocos toreros del sur como este gaditano tocaron tan a fondo el corazón del norte.

La historia taurina de Ruiz Miguel no puede escribirse sin Pamplona… Y es que el idilio entre los sanfermines y el torero gaditano perduró durante casi dos décadas. No en vano, Ruiz Miguel conserva el récord de ser el diestro que más veces ha toreado en la Feria de San Fermín. En los 17 años que ha estado anunciado, realizó 34 paseíllos, mató 69 toros y cortó 12 orejas, según la estadística elaborada por Koldo Larrea en su libro “Historia taurina de Pamplona en el siglo XX”. “Es un orgullo muy grande haber encajado en Pamplona y ser el torero que más tardes ha toreado allí”, asiente emocionado el torero de San Fernando al hablar de una de sus plazas favoritas. De la afición navarra el torero destaca “el respeto y el cariño con que me han tratado siempre”. Un sentimiento que el de la Isla se ha ganado con el pundonor que siempre derramó por todas las plazas, “me entregaba en cuerpo y alma y daba todo lo que tenía dentro. Esa máxima es la que ha marcado mi trayectoria, pero no sólo en Pamplona sino en todos los sitios”. Son muchos los recuerdos que a Ruiz Miguel le vienen a la memoria sobre San Fermín. “Me acuerdo de una buena faena a un toro de Murteira Grave, un toro de Marqués de Domecq que me dio una cornada en la axila y sobre todo, varios toros de Miura”. La legendaria ganadería Miura ha sido muchas veces protagonista de las hazañas de Ruiz Miguel y sobre todo en Pamplona, donde la ha matado durante muchos años. Cuenta que salieron toros de los que hacían pasar miedo, algunos imposibles, pero otros buenos que le permitieron triunfar. Uno de ellos fue el famoso “Estopeño”, en 1985, que pesó la friolera de 659 kg. “Era más grande que un buey. Recuerdo que salió en una portada de APLAUSOS y le dije a mi mujer, este me toca. Y me tocó. La verdad es que fue un gran toro, noble, que se dejó… pero luego, a la hora de matarlo era imposible por la altura que tenía. Le pude cortar las orejas y lo pinché”. Desde que pisó la plaza en 1973, no ha faltado ningún año hasta su retirada en 1989, a excepción de los sanfermines de 1978, que fueron suspendidos. Durante esa etapa han sido muchas las faenas que se recuerdan en la monumental pamplonesa. En 1976 le corta una oreja a “Tabardillo”, de Guardiola Soto y que fue ganador del premio Carriquiri. En 1983 firma una tarde épica cuando es corneado en la exila por su primero y sale a matar su segundo sin la chaquetilla. En el 84 brinda una gran tarde junto a José Antonio Campuzano y Víctor Mendes con varios miuras de vuelta donde salieron los tres a hombros. Y en 1989 llegó la despedida: “Fue una despedida que me llegó al corazón y ahí sentí de verdad el cariño y el respeto que me tenía Pamplona. Fue una tarde en la que no hubo suerte. Yo intenté triunfar por todos los medios pero no embistieron los toros de Miura. Esa vuelta al ruedo fue de las más sentidas y con más cariño de las que recuerdo en mi trayectoria”. Pamplona fue en la vida y profesión de Ruiz Miguel “todo. Me ha dado mucho y ojalá hubieran más pamplonas porque creo que le da importancia a la Fiesta”.

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