Feria de la Mercè
(Foto: Javier Arroyo)(Foto: Javier Arroyo)

Toreo de lujo y sentimientos desbordados en el adiós a la Monumental

José Tomás, al más alto nivel, y Serafín Marín, muy entregado salieron a hombros junto a Juan Mora en el último festejo de la historia de Barcelona
José Luis Benlloch
lunes 10 de octubre de 2011

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Al igual que ocurriera ayer, la terna y sus respectivas cuadrillas fueron obligadas a saludar tras romperse el último paseíllo de la historia de Barcelona. Con gritos de !Libertad, libertad¡, y el público puesto en pie fueron recibidos los toreros. Cabe destacar la presencia de numerosas banderas, senyeras catalanas, banderas españolas e incluso alguna independentista.

El primero fue un toro feo y corniapretado que dio buen juego sobre el pitón derecho mientras que por el izquierdo se quedó más corto. Mora jugó bien las muñecas con el capote en un saludo de gran gusto. Faena de más a menos del extremeño que arrancó de forma muy torera, rodilla en tierra y rematado con el tradicional pase del desprecio. Tuvo categoría y ligazón la labor de Mora. Se reunió con él con notables muletazos abrochados con los de pecho. Cuando se echó la muleta a la izquierda, el toro no respondió igual y el trasteo no levantó vuelo. Mató de estocada tras dos pinchazos.

En cuarto lugar salió un ejemplar deslucido, que si bien tuvo nobleza acusó su poca fuerza. Terminó defendiéndose. Juan Mora estuvo muy torero, con buena postura e insitiendo sobre ambos pitones. Lo mejor de su actuación fueron pinceladas sueltas que no llegaron a tomar cuerpo. Aun así, hubo muletazos que fueron auténticas perlas. El trasteo no pudo tener continuidad. Mató de estocada caída y fue ovacionado.

El segundo fue un toro precioso de hechuras, de 555 kilos al que José Tomás recetó una docena de verónicas excepcionales, a cámara lenta, saliéndose con el toro hasta los medios. Remató de soberbia media. El toro tuvo poca fuerza aunque extraordinaria clase. Quitó por delantales, muy ovacionados. También quiso lucir Serafín Marín en otro quite protestado por el público debido a la poca fuerza del toro. Faena prodigiosa de José Tomás fundamentada sobre la mano izquierda ante un toro que sacó un gran fondo y mucha clase. Ligazón, temple y mano baja fue la receta del amdrileño en varias series cumbres al natural. Un José Tomás a su más alto nivel. Reunión perfecta. Una serie de molinetes encadenados con la suerte cargada, sencillamente sensacionales. La preparación de la muerte fue perfecta en una estocada que dejó al toro sin puntilla. Se le pidió con fuerza el rabo que incluso el alguacil llegó a cortar pero que incomprensiblemente no se le concedió. El madrileño paseó las dos orejas portando un senyera que le lanzaron desde el tendido.

Su segundo fue un toro de poca clase y al que le faltó principalmente ritmo en sus embestidas. El madrileño anduvo muy bien, con gran disposición. Brindó al público, con la montera en el corazón. Su labor no tuvo la limpieza de su anterior pero firmó momentos de mucho interés. Faena más técnica que sentida. Una serie sobre la mano derecha, dando tiempo al toro entre muletazo y muletazo, fue lo más importante. El de Galapagar puso la misma disposición que en su primero pero no encontró el mismo colaborador. Labor de más mérito que lucimiento. Una estocada precedida de dos pinchazos dio paso a una sentida ovación desde los medios que fue correspondida por el propio torero que fue despedido entre gritos de !Torero, torero¡

Llegó el turno de Serafín Marín. El catalán salió con capote en cuya parte de delante lleva inscrita la palabra LIBERTAD dentro de un cuadro abstracto con colores azules, negro y rojos mientras que en el envés lleva los colores de la bandera catalana marcada con la fecha de la inauguración de la Monumental. El catalán puso mucha decisión y ganas en una labor en la que no terminó de acoplarse. Pese a ello logró momentos de buena calidad ante un toro noble y manejable. Dejó una estocada caída.

En sexto lugar salió “Dudalegre”, número 23, de El Pilar, negro mulato y último toro lidiado en la historia de Barcelona. Correspondió al catalán Serafín Marín que cortó las dos orejas tras una faena insitente, tesonera y en la que los mejores momentos surgieron por el pitón derecho. Al natural no hubo tanto acople. Coronó su labor de soberbia estocada y paseó los trofeos en una vuelta al ruedo muy sentida.

La afición catalana se echó al ruedo del coso barcelonés para sacar a hombros a la terna en un final cargado de emoción. Varios cientos de aficionados ocuparon el centro del ruedo en un acto que pareció más real que simbólico ya que les costó abandonar la arena.

Barcelona, domingo 25 de septiembre de 2011. Toros de El Pilar. JUAN MORA (De verde botella): Ovación con saludos y ovación; JOSÉ TOMÁS (Azul noche): Dos orejas tras petición de rabo y fuerte ovación con saludos; SERAFÍN MARÍN (Corinto y oro): Ovación con saludos tras leve petición y dos orejas. Entrada: No hay billetes. Saludó en banderillas Miguel Cubero tras parear al quinto.

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