(Foto: Javier Arroyo)Sebastián Castella saluda una ovación mientras que Enrique Ponce es silenciado con el lote más deslucido de un encierro descastado de Las Ramblas.
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David Mora cortó la única oreja del festejo celebrado en la plaza de toros de Zaragoza donde se ha lidiado un descastado y desrazado encierro de Las Ramblas. Castella pudo sumar un trofeo de su segundo pero falló con la espada mientras que Ponce resultó silenciado con el peor lote.
El primero de David Mora fue un toro bien hecho y de mejor condición que sus hermanos. Salió decidido Mora que recibió al toro sentado en el estribo para seguir con templados lances, jugando bien los brazos. Se desmonteraron tras un buen tercio de banderillas Félix Jesús Rodríguez y El Puchi. La faena, brindada al público, estuvo presidida por el temple y el gusto del toledano que demostró su buen momento ante un toro que si bien tuvo nobleza le faltó fuerza. No le apretó demasiado el de Borox que toreó con pausa y paciencia, jugando bien con los tiempos antes de dejar una gran estocada.
El que cerró plaza fue un toro manejable aunque falto de clase. Mora lo trató con suavidad en los compases iniciales para a continuación obligarlo dejándole la muleta en la cara. Anduvo templado, sobre todo por el pitón derecho, en otra actuación serena y asentada que no remató con la espada.
El quinto fue un toro serio y astifino ante el que Castella estuvo enfibrado en una labor de mucha entrega y firmeza. El de Las Ramblas sacó cierto peligro pero no le importó al francés que se mostró solvente extrayendo un par de series por el derecho, el mejor pitón del toro, de mucha emoción. Un pinchazo antes de dejar una estocada entera le privó de tocar pelo. Su primero no le ayudó en exceso ya que nunca se entregó. No perdonó el quite David Mora que se ajustó por chicuelinas. Descastado el de Las Ramblas que se quedó muy corto en el viaje. Lo intentó con voluntad Castella que acertó con la brevedad de la faena ya que no había opciones de lucimiento. Mató con facilidad.
Enrique Ponce ha resultado silenciado con el que abrió plaza, un toro deslucido y que siempre embistió con la cara alta. El valenciano dejó una faena aseada en la que porfió con el toro hasta sacarle muletazos sueltos por la derecha a base de atacarle. El toro no ayudó al lucimiento del valenciano que se atascó con los aceros. En su segundo turno sorteó un toro desrazado y sin humillar pero que tuvo la virtud de la obediencia. Aun así, Ponce quiso brindar al público una faena en la que se mostró muy dispuesto, sacándole el máximo rédito a un toro que no colaboró. Lo exprimió el valenciano en una labor de más oficio y sapiencia que lucimiento.
Zaragoza, martes 11 de octubre de 2011. Toros de Las Ramblas, desiguales de presentación y descastados en su conjunto. El tercero, bueno. ENRIQUE PONCE: Silencio tras dos avisos y silencio tras aviso; SEBASTIÁN CASTELLA: Silencio y ovación con saludos tras petición; DAVID MORA: Oreja y ovación con saludos tras aviso. Entrada: Casi lleno.
