Primero, las noticias malas: en Bilbao ha caído visiblemente este año la venta de abonos y, por tanto, la recaudación y el número de espectadores. No es lo mismo caerse que desplomarse. Cabe empero anotar que, a ojo de buen cubero, apenas se llegó a un tercio de plaza de promedio -aforo total de 14.000 almas- en las dos corridas más completas de la Semana Grande: la de Alcurrucén, que la abrió el lunes 18, y la de Victorino, que la cerró el domingo 24. La de Victorino se ha convertido en corrida cerrojo. Se arrastra el último victorino y se apagan las luces como cuando acaba el teatro.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1927